En el blog estamos desbordados. Nos faltan manos y pericia para poder contestaros a todos. Afortunadamente, don Emilio va a tener ahora unos días más desahogados por el tema de la Semana Santa y ha prometido responder a vuestras inquietudes. Porque, me consta, que en el blog entra a diario. Lo complicado es que encuentre un ratillo -entre juicio y juicio, o sentencia y sentencia, etc- para darle al teclado. Entre tanto, tendréis que conformaros conmigo. Sé que no es lo mismo, pero…
Bueno, al lío. Viendo anoche »Tengo una pregunta para usted’, un programa que como ciudadano y periodista considero un acierto, caí en la cuenta de que ese espacio no da voz a los menores de edad. No es nada nuevo. En realidad, nadie lo hace. Es como si no formaran parte de la sociedad. Sólo nos acordamos de ellos para celebrar plenos infantiles -una vez al año-, etc… O para ponerlos a parir porque hacen botellón, etc… No se trata de que vayan pequeñines de tres o cuatro añicos -en plan gallifantes y eso-, pero yo creo que sería interesante saber qué piensan los chavales de catorce años en adelante. Aunque no voten, tienen derecho a ser oídos. Escuchándolos, igual descubrimos nuevos territorios.
Deja un comentario