Lo escuché en el coche mientras iba al trabajo. Fue en Canal Sur Radio hace tres o cuatro días. Un hombre se quejaba amargamente de que nadie haga nada para evitar que los niños de doce o trece años beban hasta caer redondos en los botellones de su ciudad. Creo que el oyente llamaba de Málaga o Sevilla. Poco a poco se fue calentando y acabó invitando a los jueces a que se den una vuelta por una de esas fiestas callejeras. «Que vengan y verán a niños de doce o trece años borrachos perdidos. Que venga también ese juez tan simpático de Granada, que me cae muy bien. Calatayud se llama», animó.
Pues el caso es que ya estuvo en su día. Lo contamos en ‘Mis sentencias ejemplares’. Estando ejerciendo como juez de Instrucción de forma provisional, don Emilio se llegó hasta un botellón del centro de Granada y realizó una inspección ocular. Abrió unas diligencias penales y esto fue lo que vio: «Un caos de miles de jóvenes que hacían corrillos para beber como si el mundo fuera a acabarse instantes después. Ruido, orines, basura y borracheras indecentes. Un verdaderos naufragio social».
Lo recuerdo para que conste. Un saludo.
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