En los años 80, fue una película que disfrutó de cierto éxito. El título: ‘Los dioses deben de estar locos’. A mí me pareció bastante graciosa (quizá sí volviera a verla ahora no sería para tanto, porque, con el paso del tiempo, no nos reímos de las mismas cosas). El argumento: una botella de ‘coca cola’ cae desde un avión que sobrevuela África (creo que era así) y es recogida por unos simpáticos bosquimanos. Esta gente nunca ha visto nada igual y comienzan a hacer pruebas con el extraño objeto. En un principio, la botella sólo les da satisfacciones, pero, poco a poco, llegan los problemas. Moraleja: la irrupción de un símbolo de modernidad en una sociedad primitiva -pero feliz- desestabiliza a esa sociedad. Así que el ‘prota’, uno de los bosquimanos, decide, con muy buen criterio, devolverle la botella a los dioses.
El subconsciente me ha llevado hasta ‘Los dioses deben de estar locos’ tras seguir, estupefacto, las idas y venidas de Abdu Willy, el ‘niño-hombre’ pirata que nos trajimos de Somalia y con el que nadie sabe qué hacer. Le han medido y requetemedido y aún no está claro si es menor o mayor de edad. Y ahí anda el hombre -perdón, el probable niño… o no-, del correccional a la Audiencia Nacional y vuelta a empezar. Moraleja: la irrupción del primitivismo en la sociedad moderna también desestabiliza a esa sociedad. ¿Por qué no hacemos la vista gorda todos y mandamos a Willy de vuelta a casa? Que los dioses no nos vuelvan locos. Un saludo.
Y porqué no dejan de marear la perdiz con el tal Willy y se ponen a negociar con el Alakrana, reteniendo a Willy.
No vayamos ahora a santificar a Willy, como si de otra película se tratara: \"Liberad a Willy\".
Entonces era una ballena y ahora es un terrorista que no le duelen prendas a la hora de atracar barcos que \"flojean\" a la hora de llevar la bandera española.
Es que en todo este caso, toques por donde toques huele a …….
Buenas tardes
Montse, no trataba de santificar a Willy. Simplemente ironizar sobre una situación que ha degenerado en el más absoluto absurdo. Sinceramente, creo que a Willy nuestras leyes le traen sin cuidado. De donde él viene, no hay audiencia nacional ni leyes de menores ni nada por estilo. Allí mandan los fusiles. Me temo que a sus compinches les importa un pimiento que él este preso aquí. Igual hasta se alegran por él. No creo que la liberación, o no, de Willy sea una herramienta útil para negociar. Para los piratas, Willy no vale nada. Un saludo.
Estoy de acuerdo contigo, Carlos.
Algo parecido pienso de los presos de Guantánamo. Cada vez que oigo lo de que después de cerrar el campo de concentración y tortura que es Guantánamo van a repartir por distintos países a los presos, pienso que lo mejor, lo más justo que podrían hacer es devolverles al sitio donde les detuvieron. Además de indemnizar a los que detuvieron ilegalmente, que seguro que es la mayoría, quiero decir, a los que no se les ha encontrado culpables de ningún delito.
Con permiso, Carlos, aquí dejo un artículo muy interesante sobre los «piratas» que navegan por Somalia.
http://blogs.publico.es/dominiopublico/1623/los-verdaderos-piratas/
Un abrazo.
Esto es un cachondeo…Según les convenga será un menor y si no les conviene, pues será mayor de edad. Hay que esperar lo que les conviene a unos y a otros. Lo dicho: Un cachondeo.
A mí me da pena, y vergüenza, ver cómo actúan de nuevo las instituciones en las que todos debemos confiar, porque así lo aprendimos de pequeños y porque si no, ¿qué tenemos o qué nos queda? En fin…
Un saludo.
Si no me equivoco los presos de Guantánamo los compraron a los jefes locales (algo parecido a la trata de esclavos, pero no era para trabajar), no creo que sea buena idea devolverlos a los vendedores
Un saludo