Llueve en Granada de forma desaforada. Después de un otoño con vocación de verano, nos llega un otoño con galones de invierno. Pero no escribo para hablar del tiempo, sino de una noticia que nos recuerda a todos la importancia de creernos de verdad el principio que consagra la presunción de inocencia. Un juez de Canarias ha dejado en libertad sin cargos a un joven que fue acusado de haber violado y matado a golpes a la hija de tres años de su pareja. Ni la violó ni la mató, así que me imagino que habrá alguien por ahí que tenga que pedir disculpas.
Por cierto, a nadie le pareció mal que se difundieran las imágenes de este ciudadano saliendo esposado de comisaría. Cuando son políticos corruptos, hay medios de comunicación que ponen el grito en el cielo (sobre todo, si el político es de su cuerda). A eso se le llama hipocresía.
En resumen, que debemos felicitarnos por vivir en un Estado de Derecho y, sobre todo, debemos esforzarnos en cuidarlo para que nos dure…, creyéndonos lo de la presunción de inocencia, por ejemplo.
Un saludo.
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