La noticia es la siguiente: «La Fiscalía de Menores de Toledo ha incoado un expediente contra los cuatro alumnos que amenazaron de muerte a una profesora como presuntos autores de un delito de atentado (por intimidación grave) contra un funcionario público en el ejercicio de sus funciones. En un escrito remitido hoy a Efe por el fiscal jefe provincial de Toledo, José Javier Polo, explica que se ha adoptado esta medida una vez que se ha recibido en la sección de Menores de la Fiscalía el atestado policial con la denuncia sobre las amenazas de violación y muerte a la profesora. La profesora afectada envió una carta a sus compañeros y a los centros educativos de la provincia en la que explicaba que en los días 20 y 23 de noviembre había «sufrido unas brutales amenazas de violación y muerte proferidas por cuatro alumnos», que fueron sancionados con quince días de expulsión. Pero a la vuelta de las vacaciones de Navidad, la profesora expone en su carta que «hoy, día 7 de enero, los alumnos ya han cumplido su sanción de quince días de expulsión y me encuentro con la desagradable y demencial situación de tener que volver a dar clase con ellos».
En un extracto de la carta de la profesora que publica hoy el diario Abc, ésta se dirige a sus colegas y se muestra convencida de que «no debemos, no debo pasar por esta anulación, humillación y vejación, por eso os ruego que, como profesores, como compañeros que sabéis lo que nos espera si no actuamos unidos, me ayudéis».
Hasta aquí la noticia, que impresiona, la verdad. Pero no es un caso único. La Fiscalía de Granada ya ha considerado como atentado, y con lesiones, la amenaza de una alumna a una profesora. Os recuerdo el episodio, tal y como lo escribí para IDEAL: «No la tocó. No hubo contacto físico entre la supuesta agresora y la víctima, lo que no evitó que esta última resultase herida. Y de cierta gravedad. Las «laceraciones» tardaron en sanar 180 días, un tiempo que la docente debió permanecer de baja y sometida a tratamiento médico. No podía trabajar. Las lesiones que sufría eran psíquicas. Pero es que un ataque de ese tipo también puede ser un delito. Está en el Código Penal. No hace falta que haya golpes o fracturas.
La Fiscalía de Menores de Granada ha acudido a esa variante para acusar a una adolescente de la presunta comisión de un delito de atentado y otro de lesiones. La chica, supuestamente, había insultado y amenazado a una profesora. El resultado de esa agresión verbal fue que la maestra cayó en una profunda depresión. La ansiedad se apoderó de ella y no pudo continuar desempeñando su labor».
¿Y los de la concertada? ¿Somos agentes de la autoridad ejerciendo nuestras funciones? ¿O a nosotros sí se nos puede pegar y amenazar?
Me abruma la sensibilidad de esta profesora, ¿es que ha sido tan inutil que no ha sabido inculcar respeto a sus alumnos?, me gustaria saber cuantos alumnos estan de baja por problemas psicologicos en su curso por su falta de interes e implicacion en la vida de cada alumno como si fuese unico y no un extraterrestre mas y siendo ella la protagonista del mejor guion cinematografico.
Otra vaga falta de los principios de su carrera y haciendose la victima de su fracaso.
Enseñar que dos y dos son cuatro no es lo importante lo importante es enseñar que dos y dos sirve para algo.
Creo que la mejor sentencia seria obligar a la profesora a enseñar a esos energumenos educacion y a esos menores a asistir a sus clases demostrandoles que no son unos ganster sino seres humanos que necesitan aprender.
Rezuma profesionalidad, a esta profesora le falta lo mínimo para poder enseñar (leer), todo lo que se ha dicho a sido para defender a los profesores en general.
Ella se debe sentir privilegiada y al mismo tiempo dagnificada LEE, (todos los profesores).
Me quedo con la frase de Javier \\"¿es que ha sido tan inútil que no ha sabido inculcar respeto a sus alumnos?\\" (pero le añado la tilde, deformación profesional)
No tiene desperdicio, Javier. También a los policías, cuando detienen a alguien, se les podría exigir que enseñaran civismo ¿no? Hay que conocer la educación y la vida de cada día en los centros para poder opinar.
Esta mujer es una víctima que está en la punta de lanza de una situación desquiciada que no sabemos adónde nos lleva, pero que está destrozando a muchos buenos profesionales.
Termino,porque esto es demasiado largo: un/a docente puede tener más o menos carácter, más o menos carisma y más o menos dotes para \\"conquistar\\" a los alumnos, pero la agresión, amenaza… o lo que sea, por parte de ellos, es inadmisible. Saludos.
Javier, tu comentario me recuerda al que hizo en su día el presidente de una de las asociaciones de padres y madres, no recuerdo cual, que decía que al profesorado no se le podía cotemplar como autoridad pública, que lo que tenía que hacer el profesorado era ganarse el respeto del alumnado a su cargo. Pues vamos bien, el alumnado al igual que toda la sociedad debe y tiene que respetar a todo el mundo. Lo que le pasaría a esta señora es lo que psa a diario en el 100% de los centros educativos, falta de disciplina sumada a la falta de interés por estudiar. Hoy día es muy fácil tener un niño, hasta te regalan 2500€, pero si como padres o madres no podemos atenderlos adecuadamente vamos mal. Es. Muy fácil darle hijo una playstation pa que se calle y esté jugando todo el rato, no vaya ser que se traumatice por intentar corregir su actitud. La sociedad actual ha perdido el Norte,
Si un chico no respeta a nadie en la calle ni en su casa no se porque iba a respetar a un profesor al que ve 4 horas a la semana. Los chicos/as deben respetar a sus maestros y no estos ganase el respeto a toda costa de sus alumnos, dios mio van a clase a enseñar y hacer su trabajo, no intentan entrar en una banda.Se trata de personas que intentan enseñar y aun no siendo así como es en muchos casos, el respeto se debe mantener. Los chicos deben aprender que no son el centro del mundo y a reconocer una autoridad que el día de mañana sera su jefe.Lo que esta claro es que no se puede culpar a una profesora por no imponerse a unos chicos que amenazan con violaciones y quitar la vida ya que están enfermos y no se puede lidiar con «personas» asi.