Hay medios de comunicación que están concediendo casi tanto espacio a la guerra en la cúpula de Repsol como a la tragedia de Haití. ¿Cómo puede parecerle a alguien importante que una cuadrilla de multimillonarios sin escrúpulos se despedacen por tener más dinero? Sus porfías dan ganas de vomitar. Mientras, los niños huérfanos de Haití recorren las calles suplicando comida. Todo esto suena a demagogia barata, lo sé. Pero es la cruda realidad. Vivimos en un mundo loco y enfermo, con las prioridades equivocadas. En fin… Que si podéis echar una mano, hacedlo. Un saludo.
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