Aquí os dejo una noticia que publiqué en el periódico y que no necesita más explicaciones:
«Parece que el móvil de su frenética actividad destructiva fue el robo, aunque bien pudiera haber sido el placer de hacer daño. En una noche… en un par de horas de una noche, para ser exactos, causaron destrozos en trece coches: trece lunas rotas a garrotazo limpio, que se dice pronto.
Ocurrió el pasado miércoles en la localidad costera de Motril, y uno de los supuestos autores de la cadena de estropicios era menor de edad. Ayer compareció en el Juzgado de Menores 1 de Granada, cuya titular acordó su ingreso cautelar -esto es, previo a la culminación de la investigación y a la celebración de juicio- en un centro de internamiento. Para adoptar una medida de este tipo -la más severa a que puede enfrentarse un delincuente infantil o juvenil-, los jueces y fiscales se fijan en la «alarma social» que ha producido el hecho en cuestión. Y, en este caso, creen que se dio esa circunstancia.
Con capuchas y bastones
Aparte del menor, había dos sospechosos adultos más. Ninguno de ellos se molestó demasiado en disimular, en pasar desapercibido. Montaron un alboroto considerable. Sólo se detuvieron cuando la Policía Local, avisada por los vecinos, les dio el alto. Estaban haciendo demasiado ruido y alguien telefoneó a las fuerzas de seguridad. Cuando los agentes llegaron al lugar de los hechos, se encontraron con una escena violenta y desconcertante.
Ante ellos, los tres sospechosos en plena faena. Iban cubiertos con capuchas y vestían ropas muy amplias que distorsionaban su verdadera fisonomía. Se supone que para dificultar al máximo su identificación. Los tres empuñaban bastones de madera. Según el relato policial, uno de los delincuentes golpeó con su cayado a uno de los agentes, que resultó herido.
Finalmente, la patrulla logró detener a dos de los vándalos, uno de los cuales era el presunto agresor del policía.
Sucedió el pasado miércoles en la zona del Huerto del Capitán, en la localidad costera de Motril.
Doce de los vehículos afectados tenían roto el cristal delantero derecho. Y el restante, que era con el que se estaban ensañando los cacos cuando fueron descubiertos, tenía quebrada la luna trasera.
La Policía Local cree que los gamberros pueden ser los autores de otros actos vandálicos registrados en Motril en los últimos tiempos. Es decir, que hay indicios que apunta a que hacían «horas extras».
Cuando las fuerzas de seguridad comprobaron que uno de los detenidos tenía menos de 18 años, dejaron el expediente en manos de la Fiscalía de Menores, que, de acuerdo con el juzgado, decidieron ayer el encierro del presunto delincuente juvenil por un periodo inicial de seis meses -es una medida que equivaldría a la prisión provisional de los adultos-. Es decir, que siempre queda reservada para los casos graves».
Resulta difícil opinar fría y objetivamente sobre estos hechos que parecen inexplicables. Ahora bien, sería deseable que tras esta orgía de violencia gratuita con los bienes de otros, los autores repararan el daño completo, esto es, pagar el arreglo hasta el último céntimo de los coches, limpieza, molestias a vecinos… todo, esto es, que no salga gratis. Ser insolvente no puede ser una excusa mientras haya trabajos que se pueden hacer.
Si además se puede añadir un plus por las veces que no les hayan pillado como esta vez, pues mejor. A partir de ahí, nos podemos poner a filosofar… a pensar e investigar por qué pasan estas cosas, para poner los medios previsores. Saludos
José Mª, de acuerdo en que compensen el daño. Pero no puedo estar de acuerdo en ponerles extra "por las veces que no les hayan pillado". ¿Y si luego resulta que en otras ocasiones no eran ellos? La ley no es una herramienta de venganza: se juzga por lo que se sabe que se ha hecho, no por lo que se supone. O, al menos, así debería ser.
Estoy de acuerdo con usted, MaGao, en que la ley no es una herramienta de venganza. Dicho esto, matizo mi primera afirmación. Pienso que no es suficiente con la simple reparación del daño económico: de ahí la existencia de una responsabilidad penal y otra civil, según creo.
Lo que quiero decir es que, la simple reparación del daño -que ojalá pudiera exigirse siempre- puede no ser suficiente: no puedes romperme el coche con el pretexto de que si te pillan lo vas a pagar…