La idea que está planteando don Emilio de favorecer un ‘Pacto por el Menor’ es todo un hallazgo (y no es peloteo). Sorprende que ningún partido político, siempre dispuestos a suscribir acuerdos para cualquier chorrada, la haya hecho suya. Un pacto de ese tipo, además de sacar a los menores del debate político, sentaría las bases para prevenir la delincuencia infantil y juvenil. Lo que ocurre, y esto también lo repite don Emilio cada dos por tres, es que no acabamos de tomarnos en serio este tema. Ya saben, el político de menores es el menor de los políticos, el juez de menores es el menor de los jueces, etc ¿Acaso son menos importantes nuestros menores que las pensiones (Pacto de Toledo)? Se me ocurre que, entre todos, podríamos captar adhesiones para promover un Pacto por el Menor. Lo que no sé es cómo hacerlo. Don Emilio y un servidor ya estamos en Facebook, ¿quizá esa sea la vía más correcta? Se aceptan sugerencias. Un saludo.
¿Un pacto político, pudiendo tirarse los trastos a la cabeza con una excusa? ¿Pudiendo decir estupideces progres o carcas, según color? ¿Someterse a los dictados del sentido común de expertos independientes? Lo del Pacto de Toledo fue una raya en el agua, por exigencias macroeconómicas que afectaban a los grupos de presión que apoyan a los partidos de un lado y de otro, o incluso a la vez de los dos. Como los de La Moncloa: la situación era tan grave que esos grupos sentaron a los políticos a recibir unas clases de Economía para analfabetos, y los propios economistas de partido tuvieron que confesar a sus jefes que había que pactar.
En Educación, ambos partidos ya han confesado que dos años de bachillerato son insostenibles, y sin embargo no firman el acuerdo porque unos quieren que el primer curso se siga llamando 4º de Secundaria (para no «reconocer» nada al adversario), con cambio en los programas, mientras que el otro quiere que el que vaya a continuar esté matriculado en primero de Bachillerato (para que «les den la razón», cuando tuvieron ocho años para haberlo cambiado).
Hola Carlos y Emilio,
Estoy totalmente de acuerdo que se debería hacer un “Pacto por el menor”,… pero, ¿Cómo? ¿De qué forma? ¿Quién o quienes deben crear ese pacto?…
Muchas cuestiones por resolver,.. pero creo y tengo muy claro que para hacer un pacto, como tal, deben estar todas las partes implicadas en el pacto: Padres, Jóvenes, Educadores, Profesores, Trabajadores Sociales, Jueces,…y finalmente políticos, porque sólo de esa forma se cumplirá y se hará cumplir ese pacto.
El hecho de que el pacto se efectúe políticamente está bien, sobretodo para la foto y para los votos posteriores, pero principalmente deberían estar representados todos los implicados en la educación y formación de esos niños. Ahora mi pregunta es ¿Quién está libre de eso? La verdad es que pocos nos libramos.
Trabajo con Adolescentes y como siempre he dicho, debemos crear sociedad pensando que somos una tribu. En las tribus los niños no son sólo de los padres sino que cuando nace un niño, ese niño es de la tribu entera. La responsabilidad de la educación, estabilidad y supervivencia de los niños es de toda la tribu. Creo que si todos pensáramos así las cosas cambiarían mucho. La educación de los niños, jóvenes y adultos es tanto de los padres (parte imprescindible y base principal) como de los profesores, educadores, vecinos, etc.
Cuando vamos por la calle y nos encontramos un niño que rompe una papelera o tira un papel en el suelo, pienso que es deber también de todos, de al menos hacerle ver a ese niño de que lo que acaba de hacer no está bien, y no nos gusta a nadie, porque también es su papelera, también es su calle.
Si a los niños no les vamos poniendo unas pautas de comportamiento, unas normas de convivencia, de educación en sociedad, el día de mañana serán unas presas fáciles de convertirse en “niños sin ley”, vamos como diría Emilio en futuros delincuentes.
Así que PACTO SÍ…pero PACTO DE TRIBU 🙂 no sólo Político sino que estemos ahí todos los profesionales que trabajamos por encaminar a nuestros niños y jóvenes para un futuro más y mejor compartido.
Saludos y Graciasss por tus enseñanzas constantes, reflexivas y sobretodo claras y fáciles de aplicar!
Mónica Fuster
Estoy de acuerdo, Mónica, pero le veo un gran problema, si ves a un niño rompiendo la papelera y te diriges a él, aunque sea en un tono cariñoso, para hacerle ver que esto no está bien, en lineas generales, te dice de todo menos bonita, y si el padre o la madre están cerca, habrá que ver que NO te dicen, no sé, creo que falta de base una educación eficaz, eficiente y efectiva, y luego que venga la tribu a ayudar.
Lo que dices ocurría cuando yo era pequeña, si nos veían subidos en una reja, nos reñía cualquier persona y nosotros nos bajabamos avergonzados, existía un respeto a la persona mayor, ahora no.
aunque que conste que en la teoría me encanta. un saludo.
Gracias Sonia por tu reflexión. Sí efectivamente eso es lo que podría ocurrir,… pero por desgracia también sabemos lo que ocurre si dejamos de hacer las cosas y no ponemos ningún límite. A veces por difícil que sea debemos de actuar, porque no actuar supondría a la larga un mayor problema.
Estoy totalmente de acuerdo contigo de que el problema de base es la educación, que debe ser eficaz, eficiente y efectiva pero creo que la educación tiene que ir o venir de muchas direcciones. Creo que no podemos esperar a que actúen los demás y luego que venga la tribu (jejej, me ha encantado como lo has comentado). Cada pequeño mensaje o detalle de cada uno de nosotros puede hacer mella en esas personas el día de mañana, y cuanto antes empecemos mejor. Si dejamos pasar las cosas al final ese niño que rompe una papelera o tira pipas en el suelo pasará a hacer otras cosas peores y mucho más graves.
Sí, es verdad que cuando éramos pequeños nos regañaban y parabas inmediatamente de hacer las cosas, sobretodo porque te morías de la vergüenza… Y yo me pregunto: ¿Por qué no puede ser hoy así? Quizás no somos tan constantes o tan “cabezotas” como eran antes los mayores con nosotros. No digo que haya que dar palos a diestro y siniestro ni mucho menos, pero estoy totalmente convencida de que si todos vamos marcando las pautas a seguir, somos constantes, coherentes y vamos poniendo los límites correspondientes en cada situación obtendremos buenos resultados.
En el caso de los padres,… sé y soy muy consciente de que es mucho más complicado, ya que es cierto que existen muchos padres que también necesitan esa educación que quizás no hayan recibido o en muchos casos no han sabido transmitir a sus hijos. Algunos han sido muy permisivos, o quizás excesivamente duros.
Pero como en mi ejemplo de la Tribu, creo que debemos crear poquito a poco una consciencia social, es decir aprovechar cualquier situación para hacerle ver a ese padre de que su hijo nos importa y como nos importa a todos yo también me preocupo por el, por su educación fuera de casa, por su felicidad, porque sea aceptado y querido por todos y porque su hijo/a también forma parte de nuestras vidas.
Creo en ello firmemente y aunque sé que en muchos casos es muy difícil, la firmeza, la constancia, la coherencia y el cariño pueden con todo.
Un abrazo,
Mónica Fuster
hola Mónica, estamos de acuerdo en que algo hay que hacer, quedarnos parados mirando no nos lleva a ninguna parte, pero si el \"descosido está por una parte, no podemos coser por otra diferente\". pienso que nuestra labor está, por una parte, en nuestros propios hijos, en nuestra propia familia que debe servir de ejemplo, en transmitir valores, como el respeto, el esfuerzo, la paciencia, la tolerancia, la capacidad de aguante, de frustración,la constancia… y por otro lado, en nuestros trabajos,siendo honrados, y transmitiendo todas estas ideas que compartimos de todas las formas posibles. yo me lo he propuesto así y la verdad es que no va mal. eso sí, el camino es más largo que dirigiéndose al menor de manera más directa (como el de la papelera), pero pienso que es más seguro, aunque seguro que hay más formas igual de productivas. un saludito.