En su última memoria anual, la Fiscalía de Andalucía recuerda que hay padres que se quejan de que sus hijos, aunque son menores, son tan corpulentos que no pueden con ellos. Dicen los fiscales que esa situación puede contribuir al absentismo escolar. Es verdad. Los españoles preconstitucinales éramos más bien poca cosa, pero nuestros hijos y nuestros nietos son casi como Gasol. ¿Quién obliga a un Gasol de 14 ó quince años a ir a la escuela si él no quiere? Sobre este tema, alguna vez me he planteado la idea de si no sería bueno que el absentismo escolar pudiera convertirse en una falta en el Código Penal, es decir, que se pudiera actuar penalmente contra un chaval si no va a clase (contra los padres ya se puede y se hace). No lo tengo claro, pero en estos casos de ‘corpulencia’ de los que hablábamos quizá podría ser de ayuda. A cambio, podríamos despenalizar otras conductas como las riñas verbales o los insultos entre menores, que se podrían solucionar con la mediación.
Sigo con intenso interes desde hace anios, todo lo que el Sr. Calatayud, dice y expone. Desgraciadamente el mundo en general, no tiene jueces a la altura integral, honesta, logica y justa, de este magnifico ser humano. Estoy en total acuerdo con sus opiniones y voto por cualquiera de sus posturas, sabiendo a ciencia cierta, que son para la mejora del ciudadano que sea.
Gracias Sr. Calatayud por todo su justo y heroico esfuerzo, por guiar justamente a esta descrismada (no siempre por supuesto), «suciedad» en que nos vamos transformando mundialmente.
Su agradecida y ferviente admiradora, dentro y fuera de Espana.
MaLuisa SChaves
Muchas gracias, María Luisa. Se hace lo que se puede.
¿Cómo hacerles ver que en el futuro tienen que tener estudios?. Creo que cualquier padr@ normal, intentamos que tengan un futuro competidor y que no repitan los mismos errores que hemos tenido nosotros. Pero lo que no veo, aunque sea de broma, es que no podamos obligarlos a nada y encima nos suelten la frasecita de moda: «QUE TE DENUNCIO POR MALOS TRATOS, EH?». Si algún día me pasara esto, desde luego que pensaría en denunciar a mis hijos. Creo que tengo derecho.
Buenas tardes desde Fuerteventura:
Pues claro que nuestros hijos son más grandes que nosotros, para eso los hemos criado, para que sean más grandes en todo.
Cuando un padre o una madre dice que mi hijo/a es muy corpulento y no puedo con él/ella, cuidado, puede que estemos ante una familia acostumbrada a imponerse por la fuerza y claro si yo mido 1,60 m y mi cachorro/a mide 1,80m, ya no puedo levantarle la mano, porque como la levante él, como dicen los canarios «me escacha».
Ese no es el camino, el camino es cogerse de la mano el neonato y la familia, progennitores o tutor legal y crecer y evolucionar JUNTOS, estos ejemplos se dan en familias, que como yo digo «no lo tienen claro», no saben cuales son sus prioridades, y si no hay patología previa (por muchos factores desde genéticos hasta ambientales), entonces las prioridades en ese núcleo familiar están confundidas y desorientadas.
Estos hechos no tienen un estatus social establecido, no tienen un coeficiente intelectual definido. Pero muchos padres van a los tutores de los intitutos diciendo eso, «no puedo con él/ella». Considero que es muy grave, y considero que la «culpa» no es de la adolescencia, la falta de una firme ternura y seguridad elicita respuestas en la adolescencia que están estudiadas desde hace muchísimos años, pero el ser humano es así, no aprendemos de nuestros históricos errores, algún día alcanzaremos la Humanidad Personal…. espero.
Saludos Majoreros
Mati
Estoy de acuerdo, pero si pensamos detenidamente podemos darnos cuenta que ese niño «Gasol» antes de ser un ropero de tres puertas con 14 años ha tenido 1,2,3,4…años y es en esas edades cuando debemos darles los valores que cada uno creamos convenientes, pero de pronto, con 14 años no podemos inculcarle a los niños el esfuerzo, la responsabilidad y la constancia que hace falta para después, precisamente para esas edades. No debemos dejar de recordar que la educación en un proceso intencional y un proyecto de futuro, no es algo a corto plazo sino a largo plazo, para cuando lleguen estas edades sea «un poquito menos duro».
Suelo leer asiduamente estos comentarios porque suelo coincidir
plenamente con lo que aquí se postea, pero el presente me ha impactado
profundamente porque me parece un enorme disparate el artículo entero,
y me explico:
En primer lugar no entiendo como una Fiscalía en lugar de concluir cuestiones legales o administrativas, que es de lo que saben, anden divagando sobre las causas del absentismo escolar, de lo que por cierto se han escrito toneladas de libros), partiendo de las quejas ¿De cuántos padres? además, de que se quejan, ¿ De que no pueden mandar al niño al cole a ostias porque es más fuerte? ¿ Y con el
pequeño que no es tan fuerte que hacemos, lo mandamos a patadas a por el periódico?
De lo que se trata es de algo más profundo e importante que si el niño va a clase o no, se trata de que le enseño y como lo hago, porque todos estamos muy orgullosos de como nos criaron, y el método iba, ahora dicen que no vale y nos dan otro que vale menos todavía, ¿Y al final que pasa? Que haga el niño lo que le salga de los h…., ahora eso sí, si yo no puedo ni mirarle mal en mi casa, el maestro que no se pase un pelo, y así va la cosa.
¿Solución? Sonía Esquinas lo borda más abajo, si lo educas bien en su momento no habrá problemas. Respecto de la corpulencia, todos o casi todos tuvimos algún familiar que nos quería con locura pero cuya sola mención \\\\\\\\" nos centraba \\\\\\\\", y el resto de los casos creo que se resolverían con una asistencía social correcta desde los centros escolares y desde los ayuntamientos para los no escolarizados y los
casos más difíciles.
Perdóneme pero no, Don Emilio, no es verdad, los niños no dejan de ir a clase porque se vean con fuerzas para romperle la cara al viejo, alguno habrá, claro que sí, pero es una gota en el mar del absentismo escolar, los niños no van a clase porque se aburren, ¿Porqué se aburren? Eso es tema para libros, el que no se lo crea que le pregunte a sus hijos o recuerde.
Así que dejemos los niños con los niños y las leyes con las leyes, y el que quiera leyes para niños que lo haga desde un mundo para niños y con castigos ( y premios ) para niños, de otro modo esto acabará siendo una mezcla entre la Inquisición y el electroshock de la que no sé que tipo de ciudadano acabará saliendo, cuerdo no, seguro.
Pues lo siento, pero no puedo estar de acuerdo con lo que expone xdsl2000, (bueno en realidad me siento ridiculo incluso llamandole por ese seudonimo), pero cual es el problema con el que en realidad nos encontramos, pues yo lo interpreto de una forma sencilla y clara, que queremos ser mas padres que nadie, que toleramos, que colegeamos y que entendemos y compartimos mas que ninguna de nuestras generaciones, vamos que parece que tenemos una rabia incomprendida para mi contra nuestros mayores y la forma en la que nos educaron; Pues lo siento pero no, yo estoy muy agradecido a mis padres y la forma de educarnos, logicamente cada uno aplicamos esa educacion a nuestro dia a dia, pero les aseguro que tan malo no he salido, es más me considero una persona de bien.
Ahora bien, que clase de enseñanza les estamos dando y facilitando a nuestros hijos, con que clase de profesores (me acuerdo de mi profesor D. Juan, cuando murio todos sus alumnos lloramos y era de los que usaba la regla) pero claro ahora ya no hay ni regla en las escuelas, los crucifijos los quitamos, enseñamos los derechos de los menores pero nos olvidamos de las obligaciones y existen diez mil numeros telefonicos de defensa del menor, pero y la defensa de los padres, nosotros ya no castigamos, aplicamos consecuencias, que los niños cumpliran o no, porque si no la lian o nos denuncia o simplemente nos amenazan.
En fin deberiamos de tener más armas, más recursos y mas amparo ante la actitud que toman nuestros hijos, ya que en muchos casos al final solo nos queda lo más doloroso y que he vivido recientemente, La denuncia en fiscalia de menores hacia nuestros propios hijos, buscando ahí la respuesta que no encontramos en nuestra sociedad.
Buenos días, don Emilio. Buenos días, Carlos.
Llevaba mucho tiempo sin dejar comentarios en el blog. Vuelvo a escribir para expresar mi acuerdo con este comentario de don Emilio, ya que la única que lo apoya en el foro es MaLuisa y simplemente por el argumento de autoridad: si lo dice don Emilio, entonces es bueno.
Disiento con la mayoría de comentarios, que no están de acuerdo con don Emilio, empezando por Mati Matarredona, cuyo texto se hace pesado de leer, con esa manía de escribir en femiñol desdoblando entre masculino y femenino, y siguiendo por todos los demás, de línea argumental idéntica. Eso de inculcar valores desde la infancia y educar mediante la palabra, que decís todos, está muy bien y lo comparto. Así puede ocurrir, estaréis de acuerdo, cuando el padre y la madre van los dos a una, como en Fuenteovejuna. Misión conjunta: lo mejor para sus hijos.
Pero ocurre que cada vez hay más familias desestructuradas, debido, en parte, a una cosa llamada divorcio. Y cada vez hay más divorcios debido, en parte, a que es un negocio: para abogados y procuradores o para asociaciones feministas que obtienen subvenciones gracias a la conflictividad de la pareja.
INTERESA EL CONFLICTO, NO LA MEDIACIÓN. Los solucionadores de conflictos tienen que vivir y los defensores de las víctimas de los conflictos también. Y esos llegaron antes que los mediadores, que también tienen que vivir, pero atentan contra los intereses de los primeros. Esos intereses han provocado que no se haya desarrollado la mediación familiar, prevista en la reforma de la ley del divorcio de 2005.
Y los interesados en el conflicto (a los que hay que añadir los políticos: algunos se llaman incluso ministra de igualdad) HAN ENGAÑADO A LA MUJER diciéndole que el divorcio era también un negocio para ella: divorciate y tendrás hijos, vivienda y pensión, todo en el mismo pack. Si estás de acuerdo con el padre en lo que atañe a los hijos –le han dicho-, tendrás que compartir, aunque sea mínimamente. Hay una cosa horrenda, llamada custodia compartida. Consiste en que los hijos no tienen que pagar el pato del divorcio pues ellos son inocentes. Eso no te interesa. Pero no te preocupes, le han dicho a la mujer. Ya sabes que hecha la ley, hecha la trampa, pero nuestros políticos, tan feministas ellos, se lo han montado de forma que la trampa ya esté en la misma ley: la custodia compartida sólo se otorgará si ambos cónyuges están de acuerdo, y encima con el visto favorable del Fiscal que, en este caso, manda más que el juez (¡viva la independencia judicial!). Así es que a ti, mujer, te basta con no estar de acuerdo para quedarTe con todo el pack. Los hijos quedarán huérfanos de un padre que no ha muerto pero ¿a quién le importa eso? Bueno, sí, ha muerto civilmente, salvo para pagar, y más si a tu demanda de separación le añades alguna que otra denuncia falsa en el juzgado de violencia de género. Eso también te interesa, mujer: en ese tipo de juzgados el trámite del divorcio es más rápido y, aunque la denuncia no prospere, te irás de rositas.
La realidad es que todos los miembros de la familia se empobrecen en el divorcio. La mujer también pero sobre todo los hijos. Aunque a veces conviene pagar el precio, cuando se quiere algo. Pero los hijos, ¿por qué deben pagar también ellos el precio del divorcio, y más que ningún otro miembro de la familia?
La realidad es que la mayoría de los menores que se hallan en los reformatorios proceden de familias desestructuradas. Por eso comparto especialmente la parte del comentario de don Emilio que trata de la mediación, en detrimento de la judicalización del asunto.
Así las cosas, con los niños tratados como cosas (mezclados con otras 2 cosas: vivienda y pensión), lo más natural es que se les instrumentalice en los conflictos de los adultos. Se habla ahora en Granada de una secta hindú que, supuestamente, ha alienado a personas adultas, merced al carisma de un gurú. Pero un niño, cuya mente aún no se ha formado, paradójicamente, parece ser inmune a cualquier tipo de alienación parental, ya que su mamá o su papá no ejercen ningún carisma sobre él. El llamado SAP (síndrome de alienación parental), proceso mediante el cual uno de los progenitores infunde en el niño un rechazo infundado hacia el otro progenitor, no existe, según las feministas, sino que es un invento de los machistas para perjudicar a las mamás.
Los niños son niños pero no tontos y mi hija menos. No es fornida como Gasol. Tiene tan sólo 8 años pero sus padres nos separamos cuando ella tenía sólo 2 años y 7 meses. A veces, mi hija me dice: no quiero vivir contigo, quiero estar sólo con mamá. Claro es que no me lo dice, al menos por el momento, si hacemos algo que le gusta, sino sólo cuado he de actuar con la serena firmeza de un padre. Seguro que con su madre adopta la misma táctica: si me impones normas, entonces no quiero estar contigo, sino con papá. Seguro que actúa así. Porque, cuando la niña tenía 6 años, ¡la madre me llamó porque no conseguía llevarla a la escuela! Así es que llegué y se lo pedí flojito, a lo que la pequeña me contestó con un no rotundo. Yo cada vez más flojo y la niña cada vez más fuerte, así íbamos caminando hacia la escuela. En estas, la madre tuvo un ataque de dignidad y le dijo a nuestra hija: No le grites así a tu padre. Ni tú tampoco, fue la respuesta de la pequeña, que, como se ve, ha comprendido muy bien lo que es la autoridad, la cual consiste en que el pueblo sigue al que le da buenos ejemplos.
Termino, y digo esto último más que nada por la crisis, ahora que hay que ahorrar: Resulta que las asociaciones feministas obtienen dinero público gracias al conflicto y, a la vez, se ha instaurado una dinámica procesal, ya descrita, que alienta el conflicto. El conflicto cuesta dinero, amén del perjuicio contra nuestros menores. Las leyes que instauran la custodia compartida como opción preferente en los procesos de separación (como la de Aragón) nos ahorrarán mucho dinero, mucho sufrimiento y contribuirán a que haya menos niños fornidos en fuerza bruta, no en inteligencia emocional, como el del comentario de don Emilio.
Así es que bravo una vez más, don Emilio.
Muy buenas a todos
Tras leer todos los comentarios tengo varias cuestiones. Para empezar, Emilio ha escrito 12 lineas. Señores, dudo mucho que lo considere un articulo. En segundo lugar, no ha concluido nada en esas 12 lineas. Simplemente ha dejado abierto el debate, para que cada uno aporte su opinion.
Todos teneis parte de razon. Por partes, comentais lo de si educamos a nuestros hijos desde el primer momento no deberian de aparecer este tipo de problemas. Emilio imagino que estara de acuerdo con esa afirmacion, por lo menos en las 12 lineas que ha escrito no dice nada contrario a dicha afirmacion, y con sus sentencias ha demostrado que esta a favor de la funcion reeducadora de las sentencias.
Francisco Rubio, estoy totalmente deacuerdo con usted en todo lo que ha dicho sobre los intereses de cada parte en el tema de custodias, divorcios, pero creo que se ha desviado de la cuestion. A mi personalmente, y a Emilio imagino, le interesara saber su opinion personal sobre el verdadero debate que abre Emilio aqui.
¿DEBERIA APARECER COMO FALTA EL ABSENTISMO ESCOLAR EN EL CODIGO PENAL? A la hora de actuar contra el Menor, y concretamente en estos menores «corpulentos».
Es un asunto bastante complejo. El Menor sabe que la asistencia al colegio/instituto es obligatoria hasta los 16 años, y que si incumple esta norma, el centro educativo esta en su derecho (desconozco si tiene la obligacion) de sancionarlo. En un principio, el que un menor no vaya a clase es responsabilidad de los padres, pero claro, un padre puede dejar al menor en el colegio, irse a trabajar y el menor por lo que sea fugarse a segunda hora, o en el recreo, y el padre no enterarse de nada.
De todas formas, el absentismo escolar casi siempre esta correlacionado con menores problematicos (no se hasta que punto puede ser disparatado esta afirmacion, pero por eso he dicho casi siempre, si he metido la pata lo siento de antemano) por tanto, el hecho de considerar el absentismo escolar como falta podria tener como consecuencia criminalizar un poco mas a la juventud (no estoy diciendo que este a favor o en contra, solo digo lo que creo que podria tener como consecuencia). Resumiendo, es mas facil comprobar que un menor no acude a clase que la comision de un delito.
Bueno, confio en que se reoriente un poco el debate y entre todos podamos aportar nuestra opinion. Perdonen la ausencia de aceptos, la dichosa tecla dejo de funcionar!!!
Un saludo
Hola a tod@s: Yo también hacía mucho tiempo que no pasaba por aquí, pero resulta que he recibido vía e-mail el decálogo de cómo formar un delicuente, me ha hecho mucha ilusión y he buscado un ratito para pasar a veros. Espero que estéis todos bien (los que no he visto por aquí de la época en la que yo participaba más también).
Veo, como es lógico, que cada uno lleva a su terreno, a sus vivencias, cualquier argumento, aunque, como en el caso el Francisco Rubio, se vaya tan al límite, que ha habido un momento que no sabía si el tema era los menores o la injusticia feminista de los divorcios (en la que estoy en muchos puntos de acuerdo con él).
La educación, como bien han dicho por arriba, es una inversión a largo plazo. Tu siembras con tesón y constancia durante años y luego hay que esperar a recoger. El problema de la recogida, es que ya no hay prácticamente intervención posible. Y me direis que es cuando más encima de ellos hay que estar. Y estoy de acuerdo. Lo delicado del tema es que no se ha de notar. Ellos a esas edades, como a todos nos ha pasado, creen que lo saben todo, que sus padres no saben nada y que se van a comer el mundo. El problema es que muchas veces ese mundo es tan duro que los deja sin dientes. Y tu lo estás mirando y sabes qué va a pasar… pero no puedes hacer otra cosa que ir llamando al dentista para coger cita…
Lo que digo es que a un niño (porque cada vez son más niños aunque no lo parezcan) de 13 ó 14 años no le puedes imponer nada. Si los libros sobre educación insisten en que no entres en batallas con tus hijos, y hablan sobretodo de niños pequeños, porque saldrás perdiendo tú y seguramente ellos también, pues imaginaos con uno que cree que es lo suficientemente maduro e independiente como para poder tomar sus propias decisiones y que encima impone por su tamaño. Por eso es bueno que se den algún que otro golpe porque así es como aprendemos todos, a base de golpes. Es triste pero es así. Más de una vez hay que morderse la lengua para no alertar a nuestros hijos del peligro que ellos sólos ya deberían saber ver y así no parecer, o no ser, según en cada caso, padres sobreprotectores y, lo que es peor, plastas soltando siempre el mismo rollo.
Por ese motivo yo vería bien que, si un niño de 13 ó 14 años tiene edad suficiente para saber si quiere mantener relaciones sexuales (o eso dicen), también debe ser responsable de sus actos, y si se demuestra que los padres han hecho todo lo posible por educarlo bien y aún así sale «rana», si a ese muchacho se le puede atajar legalmente por el tema del absentismo, pues mejor que mejor, porque muchas veces, para que reaccionen necesitan un «factor externo».
Un abrazo Emilio y otro para ti Carlos.
Querido Emilio:
A través de mi hijo Rafa he contactado con tu Blog, y me ha dado mucha alegría poder estar cerca de ti y de tus aventuras despues de tantos años.
Se de ti, como no podía ser de otra forma, por tu arraigado «buen hacer» y me alegro mucho de como te van las cosas así como de tu forma de hacer, pues la conozco desde hace muchos años.
Un abrazo muy muy fuerte extensivo tambien de Lola y espero que este medio sirva de trampolin para que en breve pòdamos darte un fuerte abrazo.
Rafael Lamet