El valor de pedir perdón

Los equipos de mediación penal con menores gestionaron el pasado año 1.821 casos en Andalucía, de los que el 71% se resolvió con un acuerdo entre las partes, según ha explicado hoy la directora general de Justicia Juvenil y Servicios Judiciales, Carmen Belinchón. En román paladino, esto quiere decir que cientos de menores que habían cometido algún delito -como es lógico, no pueden acogerse a esta modalidad los homicidas o los autores de otros delitos de extrema gravedad- han pedido perdón a sus víctimas y han reparado el daño causado. Y lo han hecho cara a cara. A cambio, los chavales eluden el juicio, es decir, que no tienen que sentarse en el banquillo de los acusados. Es una vía muy interesante que, además de ahorrar la pena de banquillo al acusado, es más barata en términos económicos que la del juicio propiamente dicha.
Por supuesto, la víctima tiene que estar de acuerdo. Seguramente, aquí está el futuro de la justicia de menores… Y tampoco sería mala idea que está medida se extendiera entre los adultos. Porque, a fin de cuentas, a alguien al que le han destrozado el coche -es sólo un ejemplo- lo que más le importa es que le pidan perdón y, sobre todo, que le reparen los desperfectos.
El valor de pedir perdón es mucho… y en todos los sentidos.

Saludos.

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5 Comentarios

  1. Por mi bien, si el perdón es sincero y nace del corazón.
    No es tan fácil como creemos, perdonar es un verdadero acto de contrición (laico, está claro).
    Darse cuenta del daño hecho y tener voluntad de repararlo es una buena «condena».

  2. Buenos días. Es la primera vez que me animo a comentar, aunque les leo con asiduidad. Escribo, eso sí, desde la más absoluta ignorancia y sin ningún tipo de experiencia en el tema, aunque me parece muy interesante.
    En mi opinión, la idea de pedir perdón (añadiendo, por supuesto, la reparación del daño) es buena, tiene mucho valor, como dice Carlos. Sin embargo, ¿cómo determinar objetivamente y, sobre todo, con certeza, que ese «acto de contricción» es verdaderamente sincero y muestra de arrepentimiento? Aun así, evidentemente, el tener que pedir perdón cara a cara siempre será algo positivo, aun cuando el arrepentimiento no sea tan sincero como sería deseable, porque supone, en gran medida, confrontar al delincuente con la realidad no de su acción, sino de las consecuencias de la misma. Y eso, ya de por sí, sobre todo en el caso de los menores, tiene cierto valor y puede conducir al arrepentimiento. Pero, ¿cómo evitar que esa petición de perdón se convierta en un mero trámite para eludir sentarse en el banquillo de los acusados?
    Un saludo y enhorabuena por su trabajo.

  3. Por supuesto tiene valor el pedir perdón, estoy deacuerdo.
    He enseñado a mis hijos a pedir perdón cuando haga falta, pero han aprendido a pedir perdón muy rápido por que saben que eso les quita de culpa, lo dificil es explicarles las consecuencias de sus actos, que te escuchen, que las asimilen y las asuman, y una vez conseguido todo eso que lo pongan en práctica por si mismos(por ciero mis hijos tienen 12 y 15 años).DIFICIL.

  4. Lo importante aqui es que la victima se sienta protegida por el sistema judicial. Que vea restaurado el daño que haya sufrido. Que despues del mal trago sufrido en el momento del delito, su dia a dia vuelva a ser como antes, o que haya el menor perjuicio. En el caso del agresor, el hecho de pedir perdon sinceramente hara mas facil su reinsercion social. Si no es asi, el perjudicado sera el.
    Como ya comente en el perfil de Facebook, todo lo que sea evitar la victimizacion secundaria, tanto para el agresor como para la victima, sera bueno, ademas del ahorro economico y temporal para los Juzgados. Con esto, doy tambien mi visto bueno a la mediacion en disputas familiares, en delitos de adultos (excluyendo claro esta homicidios y demas faltas graves claro)
    Saludos a todos

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