Ayer subí al blog una información sobre unas declaraciones de Pepe Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz, y por error no especifiqué que la información era de la agencia Efe. Fue una equivocación y una excepción. Cualquiera que repase el blog, verá que citamos las fuentes, como no podía ser de otra forma (en la entrevista que hicimos vía Facebook se detalló incluso quién era el autor de cada pregunta). Pero esto no ocurrió ayer. Podría poner mil excusas (que hago esto además de mi trabajo, que sólo somos dos para atender el blog y el volumen de participación es elevado), pero el caso es que no se citó la fuente. Y una amiga del blog que firma como ‘periodista’ me lo recrimina. Y lleva razón al hacerlo. Su queja dice así: «Comprendo que este blog persigue un fin muy digno, pero no por ello puedo dejar pasar por alto algo que me parece igual de digno y fundamental. por qué no se acredita la autoría de esa información?, sobre todo cuando un periodista es el que se hace eco de ella y no piensa que le ha costado un esfuerzo intelectual y profesional a un compañero suyo. cómo se puede firmar una información que no es propia, calcándola sin más? Lo digo sin acritud alguna, pero sería bueno un poco más de delicadeza y de reconocimiento al trabajo y la profesionalidad ajenos. Ya sé que los de EFE son ¿anónimos?, pero por esa regla de tres aún lo serán siempre mucho más. Saludos y un abrazo de compañeros». Repito: lleva razón. Y la puntualización es muy oportuna. Por aquello de los espectaculares avances en las tecnologías de la información, vivimos unos tiempos en los que parece que las noticias las crean las máquinas y no es verdad. Parece que los periodistas sobramos y no es verdad. Internet vive muy mayoritariamente de comentar y recomentar las noticias que recogen los periodistas. Eso es una evidencia. Por ejemplo, toda España está hablando de los comentarios del alcalde de Valladolid sobre Leire Pajín. Pues esa polémica existe gracias a que un periodista preguntó al señor León de la Riva y se preocupó de recoger las respuestas. Si no, nada de nada. Un Ipad, Ipod o como se llamen no generan nada por sí solos. Resumiendo, que al César lo que es del César, y a los periodistas lo que es de los periodistas (además, a nosotros también nos gusta que, quien haga uso de esto blog, lo cite).