- Jueces británicos con peluca. REUTERS
Según el estudio-encuesta del Consejo de Europa del que hablábamos hace un par de ‘post’ o tres, «los menores piden ser tratados con respeto, ser escuchados, recibir explicaciones comprensibles y ser informados de sus derechos. Su apoyo se basa en la familia y los amigos, y desconfían de la policía y los abogados. En este sentido, una de las recomendaciones consiste, por ejemplo, en que los jueces no utilicen peluca ante los menores, en los países en los que existe esa costumbre, como fórmula para reducir el grado de intimidación que experimentan los menores».
Puede parecer una tontería, pero no lo es. Aquí en España, los policías de los grupos de menores, preferentemente, no van uniformados ni llevan armas a la vista: de esta forma se evita la intimidación y no se daña la intimidad del menor en cuestión. En fin, que como decía el otro, los pequeños gestos son los que cuentan.
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