Fabiana nos escribe desde Uruguay para decirnos que allí también hace falta un pacto por el menor: otro país que no sabe muy bien qué hacer con sus niños y jóvenes, y, a falta de soluciones, los vuelve locos. Ya somos dos: seguro que hay más por ahí. Estamos deseando escucharos. De momento, aquí va la descripción de lo que ocurre en Uruguay. Gracias Fabiana por tu colaboración.
«En Uruguay,estamos lejos de ustedes en kilómetros, pero muy cerca en cuanto a incoherencias. Tenemos un derecho penal juvenil que hace imputables a los jóvenes desde los 13 años, y sin embargo varios sectores políticos reclaman “que se baje la edad de imputabilidad porque los menores de 18 son impunes”, todo porque se los quiere someter al mismo proceso y los mismos centros de reclusión que a los adultos.
Los mayores de 13 y menores de 18 son imputables, pueden ir presos, trabajar, otorgar negocios jurídicos y adquirir deudas cuando dicho negocio lo pagan con su propio peculio. Pero no pueden conducir, votar,comprar tabaco ni alcohol.
Y tan grande es la incoherencia, que cuando un joven entra en conflicto con la ley y el sistema no sabe manejarlo, se opta por aplicar responsabilidad penal objetiva a sus padres (aunque se lo disfraza con otras figuras), sólo para agravar la situación.
Otra incoherencia? El aborto es delito, pero los centros de salud están obligados a asesorar a las pacientes que desean terminar con un embarazo no deseado…»