Aquí os dejo un fragmento de un interesante reportaje que ha publicado hoy el compañero Pío García en las páginas de Vivir de los periódicos del grupo Vocento. Habla de la violencia en el deporte base, del fútbol infantil y juvenil. Pues bien, muy mayoritariamente los causantes de los incidentes somos los adultos, los papás y las mamás. Y, claro, los menores acaban copiando lo que ven. Bueno, aquí va el texto de Pío.
«Cualquier árbitro español de categorías menores maneja una abultada hoja de agravios. El último fin de semana, en Galicia, el colegiado José Miguel Sayar Celestino tuvo que suspender el partido de fútbol siete Tomiño-Rápido de Bouzas porque una madre invadió el campo para increparle. Los jugadores apenas tenían 10 años. Otro ejemplo reciente: el pasado sábado, un futbolista del Arratia sufrió un ataque de ansiedad en el campo del SP Lutxana (Vizcaya), durante un partido de infantiles, mientras varios padres se enfrentaban y se cruzaban gruesos insultos. El muchacho, de 12 años, tuvo que ser trasladado al hospital. Finalmente, todo quedó en un susto; pero tantos incidentes merecen una profunda y urgente reflexión.
Y los abuelos, no olvidemos a los abuelos…