La noticia es de mi compañero José Ramón Villalba y no necesita más comentarios (quizá solo eso que dice siempre don Emilio de que «bastante bien salen algunos chavales con los padres que tienen»). Aquí va la noticia, publicada hoy en IDEAL de Granada. «Las mejores películas de ficción no son capaces, en ocasiones, de superar a la realidad. Al menos, eso podría decirse del suceso registrado en Motril el miércoles a las nueve y media de la noche. Una patrulla de la Guardia Civil se topó con un camión trailer conducido por un niño de ocho años en el Camino del Soto en el término municipal de la ciudad motrileña. El padre del menor, de cuarenta años y vecino de Motril, viajaba de copiloto en la cabina del vehículo, según han informado fuentes municipales consultadas por este periódico en la localidad costera. El caso está en manos de un juzgado de instrucción de Motril, mientras que la Fiscalía de Menores también ha recibido la información pertinente para que adopte las medidas oportunas.
El menor fue sorprendido llevando el camión por un camino rural de kilómetro y medio, y curiosamente no utilizaba ningún tipo de artilugio para llegar con los pies a los pedales del trailer. Solo el diámetro del volante supone la tercera parte de la altura media de un niño de ocho años.
El menor conducía un vehículo con más de 300 caballos cuyo peso podía superar los 12.000 kilos. Y solo con ocho años de edad, cuando lo más habitual es jugar con estos camiones pero en miniatura. En principio, no consta que el padre de este niño tuviera antecedentes penales ni que fuera bebido, aunque su imprudencia no le va a salir gratuita».