La red de comunicación Twitter ha rechazado retirar mensajes que incitan a la anorexia. Dicen que eso sería cercenar la libertad de expresión. Las asociaciones de afectados por la anorexia, en cambio, recuerdan que la libertad de expresión tiene límites. Por ejemplo, los derechos de los menores. Es un debate eterno. ¿Qué debería prevalecer en este caso? ¿Si un maestro, durante su clase, dijera que la anorexia es buena estaría ejerciendo su derecho a la libertad de expresión, y de cátedra, o lesionando los derechos de sus alumnos? En este último supuesto, ¿sería solo responsable el maestro o también se podría exigir responsabilidades al colegio?
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