Al principio, todo el monte era orégano e Internet era la nueva tierra prometida. Sobre todo, los niños y los adolescentes -luego les copiamos los adultos y seguramente cometimos los mismos errores- se dedicaron a relacionarse a través de las redes sociales, lo que, en muchos casos, implicó que los usuarios ‘subieron’ masivamente a la red datos, fotografías, vídeos y opiniones… Es decir, que su vida privada quedó expuesta de una manera que sólo las nuevas tecnologías permitían… Y, ahora, les preocupa: por ejemplo, ¿me afectará a la hora de intentar buscar un trabajo en el futuro? Lógico. Es de lo que habla esta noticia de la agencia Efe.  «Jóvenes vizcaínos han manifestado hoy su preocupación por los efectos que puedan tener en su futuro los datos y materiales que han subido a las redes sociales de internet.

Esta ha sido la principal preocupación expresada por un grupo de 400 estudiantes de cinco institutos vizcaínos que ha participado hoy en Bilbao en unas jornadas de la Fundación Sabino Arana sobre la seguridad en internet dirigidas especialmente a los jóvenes. Entre las inquietudes que han manifestado los estudiantes, destaca la falta de privacidad de los contenidos y los mecanismos existentes para eliminar el material inadecuado que han subido a internet.

Otra de las cuestiones que ha ocupado el encuentro es la importancia de las redes sociales a la hora de buscar un empleo. Los jóvenes se han interesado en saber cómo les podrían afectar los datos personales que ahora publican cuando se incorporen al mundo laboral.

En el acto ha participado Francisco Ruiz Antón, director de Políticas Públicas y Asuntos Institucionales de Google en España, que ha incidido en las ventajas que ofrece Internet y en la necesidad de protegerse.»No se debería hacer lo que por precaución no se haría en la vida real: abrir la puerta a un desconocido, dar la dirección de casa, dejar un álbum de fotos en un parque o quedar con alguien que no conocemos», ha comentado Ruiz Antón.