Aquí os dejamos parte de un interesante artículo sobre el ciberacoso entre adolescentes que publicó recientemente en IDEAL mi compañero José Ramón Villalba. Un detalle importante: en el origen de esta actividad delictiva suele haber ruputuras mal digeridas por alguna de las partes -generalmente, él-. Así que se impone le venganza. E Internet es ideal para eso -también para miles de cosas buenas, que quede claro-. Bueno, aquí va la información en cuestión. «La Policía Nacional se ha llegado a encontrar con una chica a la que sus supuestas ‘compañeras’ de clase la solían esperar en la puerta de su domicilio para lincharla, después de todos los bulos que supuestamente estaba difundiendo por Internet y dirigidos a otras adolescentes. El autor de los hechos era un ex de la menor, quien fue identificado por los agentes de este grupo policial y posteriormente puesto a disposición judicial. La denunciante estuvo sumida en una profunda depresión, sus padres comenzaron a sospechar cuando ya ni siquiera salía de su habitación. La labor policial fue determinante para deshilvanar todo el hilo de este caso de acoso.
«Por lo general siempre se suelen resolver estas investigaciones de forma satisfactoria. Detrás de estos casos no nos encontramos delincuentes habituales, sino personas con edades comprendidas entre los 15 y 23 años, sin antecedentes, del entorno de la víctima que suelen actuar sin medir bien la repercusión de su fechoría», apunta el jefe del grupo de Delitos Tecnológicos. La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, APC, una asociación sin ánimo de lucro creada en 1990 para promover el acceso libre y responsable a Internet, asegura que el 80% de las víctimas del ciberacoso son mujeres.
La mayoría de casos de ciberacoso detectados se presentan tras una ruptura sentimental. Se suplanta la personalidad de la menor y el ex o el amigo del ex, generalmente son varones, comienzan a vejar a la víctima, cuelgan fotos embarazosas de ella o lanzan mentiras dañinas hacia terceros que supuestamente proceden de la damnificada. «Los celos y las rupturas de pareja suelen impulsar este tipo de acciones, sobre todo, cuando previamente han existido episodios de agresividad». No busquen delincuentes ni personas de clase social baja o adolescentes marcados por la conflictividad.