Aquí os dejamos un microrrelato, que no es original, para despedir el año: ‘Cuando despertó, 2011 ya no estaba allí y respiró aliviado’. Esperamos que podamos escribir algo más optimista cuando acabe 2012. Por lo demás, feliz año y aquí seguiremos después de las campanadas. Que el mundo no se acaba, aunque los mayas opinen otro cosa… pero esa es otra historia. Felicidades de parte de don Emilio y de un servidor.