Es una cuestión de prioridades. Mientras unos se han gastado, presuntamente habrá que decir, cientos de miles de euros de dinero público en cocaína (Andalucía), una estatua ridícula que ‘corona’ una aeropuerto sin aviones (Valencia) o en pagar a un periodista para que le hiciera discursos a un presidente autonómico supuestamente corrupto (Baleares), Cristina Ponce (Valencia) ha reunido, con mucho esfuerzo y muchas ganas, siete mil euros para que una investigadora pueda seguir buscando una solución a la diabetes, que es la enfermedad que padece su hija, una niña de catorce años. ¿Se imaginan cuántas investigaciones se podrían financiar con el dinero que han tirado por la borda los de la ‘coca’, la estatua y los discursos? Si me preguntan, yo haría ministra de Economía o de Sanidad a Cristina Ponce… O al párroco de la localidad granadina de Vélez de Benaudalla, que -ya hablamos de este tema en Facebook- repartió los 100.000 euros que le habían tocado en la Lotería entre buena parte de sus vecinos. Vivimos una crisis de valores, efectivamente, pero los valores no han muerto. Gracias, Cristina, por recordarnos lo que es verdaderamente importante.
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