La decisión de abrir este blog -hace ya tres años (me parece)- nos ha dado bastantes más satisfacciones que disgustos. Y fue una decisión atrevida: no hay muchos jueces en España que tengan un blog (de hecho, aparte de este, yo no conozco ningún caso más). Tenía sus riesgos, pero, modestamente, el invento ha funcionado medio bien (medio bien, porque todo es mejorable). Lo peor es no poder responder a todos los que plantean consultas (se intenta, pero es prácticamente imposible: hay temas que un juez en ejercicio no puede abordar y para otros, sencillamente no hay respuesta).
Aún así, insisto: la experiencia (completada con la página oficial en Facebook) ha sido satisfactoria. A lo largo de estos tres años, creo que solo hemos recibido dos o tres mensajes insultantes, lo cual (y teniendo en cuenta como está en Internet) es casi un récord. Siendo esto así, hace unos días llegó un mensaje que no es que fuera insultante: era odio en estado puro. La verdad es que me quedé bastante sorprendido por la mala baba que destilaba. No sé qué le habríamos hecho al comentarista (anónimo, por supuesto) en cuestión, pero, a tenor de su reacción, debía ser bastante gordo. Lo que queremos decir es que aquí no entendemos el oido: la crítica, sí, la rebeldía, también, pero el odio… Tanta energía desperdiciada. Debe de ser muy triste ser odiador. Hasta el Padrino recomendaba no odiar a los enemigos, porque eso te impide juzgarlos.
Bueno, que estamos satisfechos con el blog. Y a nuestros pocos odiadores, que se tomen una tila. Un saludo.
Un blog ha de dar satisfacciones principalmente a quien lo escribe. Con eso es sobra. Si además gusta al personal, da otras alegrías, resuelve dudas y consultas, etc. Mejor que mejor. Así que gracias y enhorabuena.
Un saludo
Pd. Cómo anécdota de blogs judiciales además de éste sólo conozco el blog de José Ramón Chaves, más conocido como Sevach, Magistrado de la Sala de lo Contencioso del TSJGalicia que firma contencioso.es. Muy recomendable por cierto.
Muy bien explicado, y estoy completamente de acuerdo con vosotros.
Seguir así.