Manuel, un joven gitano de 30 años que padece una distrofia muscular que le impide hasta respirar, asistió ayer al concierto que dio El Barrio en Granada. La historia completa está en http://www.ideal.es/granada/20120218/local/granada/escapa-hospital-barrio-201202180128.html y es de mi compañera Ángeles Peñalver. Para que Manuel, que llevaba quince años sin salir del hospital granadino de San Rafael -una institución modélica-, pudiera ver El Barrio fue necesaria la colaboración desinteresada de un montón de gente y, especialmente, de las enfermeras y auxiliares que atienden a diario al paciente. No es sentimentalismo barato, pero estas personas son las que son imprescindibles de verdad. Pero, en cambio, los sueldazos se los llevan los banqueros, los especuladores etc. Es el mundo al revés. Tenemos una revolución pendiente: dar a cada uno lo que se merece. Y salvar una vida, o ayudar a Manuel para que cumpla un sueño es infinitamente más importante que aumentar los beneficios de un banco. Si tuviéramos eso claro, no habría crisis económica.
Un saludo.