Dos niños de ocho y diez años huyen de su madre

Esta es una de esas historias que hacen que se te caiga el alma a los pies. Volvemos a lo de siempre: se necesita un permiso especial para conducir un coche, pero no se pasa ningún examen para tener un hijo. Y hay padres y madres que sencillamente no dan la talla. La información es de la agencia Efe. “La Policía Municipal de Pamplona ha asistido a dos menores, una niña de 8 años y su hermano de 10, que solicitaban abandonar el hogar familiar. Ambos, según ha informado hoy el Ayuntamiento, residen en un centro de acogida en la ciudad de Tudela y el sábado se encontraban de visita en el domicilio en el que reside la madre en la capital navarra cuando, sobre las 21:30 horas, el niño huyó de la vivienda después de que al parecer se registrara una discusión telefónica entre su padre y el compañero sentimental de su madre.

Una vez en la calle, pidió dinero a un viandante y llamó a la Policía Municipal, siguiendo el procedimiento que le habían enseñado en el centro.

Según ha precisado el Ayuntamiento, el menor comentó a los agentes que tanto su madre como su compañero sentimental consumían bebidas alcohólicas y medicamentos de forma reiterada y les pidió que le llevaran a su hogar de acogida, mientras que la niña transmitió el deseo de acompañar a su hermano”.

2 Comentarios

  1. Pero buenoo!! Es que en este pais sigue sin haber una justicia justa. Los pobres niños, tan pequeños, cómo habrían de sentirse para hacer esas manifestaciones. Pero, claro, la ley del menor tiene muchas lagunas. ¿Esos niños tienen que ver a una madre así? Pero, vamos, que eso sólo les perjudica. Después estamos los padres que nos denuncian por malos tratos cuando son adolescente porque esa es la salida que tienen para hacer lo que les da la gana, porque hacen lo que les da la gana cuando entran en el Centro, que si es de régimen abierto, lo primero que planean es fugarse y etc, etc, etc. pero lon adolescentes tienen razón ¡Vaya! Y a estos pobres niños ¿Quién los protege de esa madre? Estamos hartos de que todos los casos pasen por el mismo rasero.

  2. Comparto un artículo que acabo de publicar en mi blog sobre la «Huelga de deberes escolares» (http://www.elblogdeoscargonzalez.blogspot.com.es) Óscar González, profesor de primaria, escritor y conferenciante http://www.ogonzalez.es

    Muchas gracias por su interés:

    ¿Estamos locos?

    Leo con asombro y preocupación el comunicado emitido la semana pasada por la CEAPA en el que se “denuncia” la sobrecarga de deberes escolares en casa y se afirma que están estudiando la posibilidad de seguir el ejemplo de Francia y promover una convocatoria de “huelga de deberes escolares en casa”. Personalmente no acabo de entender ni el fondo ni mucho menos la forma de plantear este tema por parte de esta confederación de madres y padres. En mi opinión, no es el camino a seguir si lo que andamos buscando es un mayor entendimiento entre la familia y la escuela. Este tipo de comunicados e informaciones sesgadas no hacen sino intoxicar el mundo educativo creando tensiones y enfrentamientos inútiles entre quienes debiéramos estar más unidos que nunca: padres y docentes. Es momento de unir y no de enfrentar.

    Me gustaría analizar y valorar con detenimiento el contenido del comunicado. Para empezar, el título del mismo ya es bastante significativo: “Ceapa denuncia la sobrecarga de deberes escolares en casa”. Y digo que es significativo porque me parece peligrosísimo generalizar en este tema. ¿ A caso todos los docentes sobrecargan de deberes a sus alumnos? Evidentemente, no. Además hay que destacar que no existe un criterio que mida cuándo se trata de una sobrecarga y cuándo no. Mal empezamos…

    En el primer punto del comunicado se argumenta que los deberes representan, en gran medida, un fracaso del sistema educativo. Afirmando esto estamos perdiendo de vista que todos formamos parte de este sistema que está fracasando y en mayor o menor medida todos tenemos nuestro grado de responsabilidad en lo que está sucediendo. No veo ni un atisbo de autocrítica en todo el comunicado para el que todos los errores son ajenos a las familias. Además, critica duramente la enseñanza actual destacando que es poco motivadora y práctica, alejada de la cultura audiovisual, añadiendo también que sigue fundamentándose en el libro de texto y el aprendizaje memorístico. Me gustaría subrayar aquí lo que destacó J.A. Marina recientemente en una conferencia: “las nuevas tecnologías son una posibilidad enorme y también un peligro porque se generaliza la idea de que no hay que aprender y memorizar nada porque todo puede dárnoslo la tecnología. En realidad nos interesa gente que entre en internet y sepa mucho” porque como él mismo suele afirmar “un burro conectado a internet no deja de ser un burro”. La influencia de las nuevas tecnologías está provocando en muchos casos que las nuevas generaciones que llegan a la universidad tengan muchas veces dificultades a la hora de leer textos mínimos. Preocupante.

    Considero, además, que también es bastante atrevido generalizar en este aspecto ya que en la actualidad hay miles de docentes trabajando y llevando adelante infinidad de proyectos innovadores apoyados en la tecnología audiovisual. En cuanto al tema de la motivación quizás cabría recordar que, como también afirma J.A. Marina, “es evidente que conviene motivar al niño o al adulto para que tenga ganas de hacer algo, pero también hay que enseñarle que hay cosas que se tienen que hacer sin ganas, sin estar motivados”. Vamos, más claro agua. Porque , y esto es muy importante, “hemos de tener cuidado para que aprender sea una buena experiencia para los niños. La tendencia es que hemos cambiado el deseo de los niños de aprender por el deseo de los estudiantes de sacar buenas notas”. Esto sí es un auténtico fracaso del sistema y tendremos que trabajar por cambiarlo.

    Sigo leyendo asombrado el comunicado y me detengo donde se afirma haciendo uso de un doble lenguaje que el sistema educativo “echando balones fuera” encarga más deberes. ¿Como que el sistema? Hablemos claro, los que encargan más deberes son los profesores. Quizás los que están echando balones fuera son ellos con este comunicado intentando eludir sus responsabilidades atreviéndose argumentar que los deberes:

    – Crean tensiones entre padres e hijos.
    – Constituyen un problema para muchos progenitores.
    – Deberían hacerse sin la ayuda de un adulto.

    También se afirma sin ningún reparo que cuantas más familias sientan la necesidad de recurrir a las clases de profesores particulares para completar la educación de sus hijos, más estará fracasando el sistema educativo reglado en el objetivo de educar a toda la población escolar y garantizar la igualdad de oportunidades. No creo que el fracaso educativo de nuestro país se mida por la cantidad de alumnos que van a clases de repaso. Cabría recordar que los centros educativos invierten una gran cantidad de tiempo y recursos para atender y reforzar a aquellos alumnos con mayores dificultades para conseguir justamente eso, garantizar la igualdad de oportunidades. Afirmar lo contrario me parece impropio e indecente.

    Ante problemas tan complejos es peligrosísimo ofrecer soluciones simples y en este caso se está haciendo. No podemos afirmar que los deberes generan desigualdades y conflicto y que la solución que aportemos sea “hacemos huelga de deberes y tan contentos”. ¿De verdad solucionamos así el problema?, ¿de verdad estamos pensando en los niños y alumnos con esta iniciativa? Cuando se afirma que los deberes constituyen un problema para muchos progenitores que salen tarde de trabajar hemos de tener en cuenta que el problema no son los deberes y quizás deberíamos apuntar hacia otro lugar: hemos de luchar por una conciliación familiar-laboral real que se ajuste a las necesidades actuales pero esto no se soluciona con una “huelga de deberes”. Sería conveniente recordar que en la actualidad y también por falta de tiempo hay muchos padres que sobrecargan a sus hijos con tareas y actividades extraescolares dejándoles casi sin tiempo para jugar. Recomiendo la lectura del interesante libro “Bajo presión” de Carl Honoré donde trata este tema de manera magistral. Honoré afirma que “los adultos estamos secuestrando la niñez de forma nunca vista en la historia” añadiendo que “los niños no están con los padres. Los padres despreciamos lo pequeño, lo simple, lo barato y los niños lo que más necesitan es nuestra presencia, atención, que estemos”.

    Recientemente se ha publicado un estudio del Instituto de Educación del Reino Unido y las universidades de Oxford y Birkbeck llevado a cabo entre 3.000 niños británicos durante quince años que demuestra que el número de horas que se emplean en los deberes está directamente relacionado con el resultado académico. Cabe recordar que en el Reino Unido existen unas “pautas de deberes” recomendadas para cada tramo de edad. Esta interesante investigación ha realizado un seguimiento del papel de los progenitores en el trabajo diario de sus hijos y la relación que existe entre su preocupación por la educación y la de sus hijos.

    En una entrevista reciente a Reijo Laukkanen, ex consejero de la Junta de Educación de Finlandia afirma algo en lo que estoy muy de acuerdo :“es importante que haya deberes pero no demasiados. El trabajo en casa es importante porque se adquiere hábito y aprende a trabajar solo, aunque la mayoría del trabajo debería hacerse en el colegio”. Por supuesto que deberes sí ya que ayudan a valorar el esfuerzo, el sentido del deber, trabajar la paciencia, la constancia, etc. Lo importante es que erijamos un criterio que establezca la cantidad de deberes para casa y los que se deben hacer en el cole. Pero el problema no se soluciona eliminándolos ya que nos generaría otros problemas mucho mayores. Como muy bien destaca la extraordinaria filósofa Victoria Camps “no se aprende a ser libre sin esfuerzo y sin rutinas”.

    Me gustaría añadir que en las alternativas que se proponen en el comunicado no veo ninguna que implique y responsabilice directamente a las familias: todas tienen que ver con la administración y el profesorado. Todas ellas con una clara intención política. Como muy bien afirma la profesora Inger Enkvist “la nefasta alianza entre pedagogía y política impide trazar políticas educativas realistas que partan de datos que la experiencia nos aporta, para enquistarse en la defensa de posiciones ideológicas que siempre dañan la educación”. Tenemos que hablar de la educación y tratarla como merece dejando a un lado nuestras filias y nuestras fobias: una educación en mayúsculas. Por eso estoy convencido que hoy es más necesaria que nunca una alianza entre la familia y la escuela. Es el camino a seguir. Vamos a trabajar todos por reducir los datos del fracaso escolar en nuestro país porque es momento de dejar atrás las quejas y pasar a la acción.
    Personalmente incluiría otras propuestas en el comunicado que aporten soluciones y nos ayuden a progresar. Tenemos que empezar todos a formar parte de la solución y no del problema. Estas son algunas de mis humildes propuestas:

    – Establecer pautas y criterios recomendados para cada tramo de edad con una coordinación entre la escuela y las familias.
    – Flexibilizar los horarios de entradas y salidas de los niños y niñas.
    – Posibilidad de continuar unas horas por la tarde en el espacio escolar para practicar actividades complementarias: deportes, idiomas, música, etc.
    – Plantear nuevos horarios para los padres que faciliten al máximo la conciliación laboral y familiar.

    Desde la Alianza Educativa estamos trabajando para poder ofrecer otras propuestas que ayuden a solucionar estos problemas.
    No es tan complicado, simplemente tenemos que poner todos de nuestra parte para empezar a lograr cambios. Para ello necesitamos urgentemente un compromiso educativo de la sociedad. Solo así daremos solución a todos aquellos problemas educativos que se nos planteen. ¿Nos ayudas a conseguirlo?

    Óscar González, profesor de educación primaria, escritor y conferenciante
    http://www.ogonzalez.es

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