Buenas, soy Emilio Calatayud. En los últimos tiempos, hemos tenido que llamar al 061 en más de una ocasión para que tratasen a un chaval o una niña que estaban sufriendo un ataque de ansiedad al enterarse de que iban a ser encerrados o de que iban a seguir encerrados. Es lo que técnicamente se llama un cambio de medida. Por ejemplo, pensemos en una chica a la que le impusimos una tarea socio educativa o un trabajo en beneficio de la comunidad, pero no cumplió. Entonces le hacemos un cambio de medida y la internamos. Es aquello de que viene el lobo, que viene el lobo…, y al final te atrapa. También hay quien puede solicitar cumplir los tres o cuatro meses que le quedan en la calle, pero se les deniega el cambio de medida. En ambos casos, puede haber ataques de nervios y los hay… Lo que desmiente eso de que la justicia de Menores en blanda. Salvo alguna excepción, nadie quiere ser internado o seguir estándolo. Y menos aún en verano. Recordad los veranos de vuestra adolescencia: no se acababan nunca, los chicos y las chicas, nadar, el sol… Perderse eso es duro. Yo me perdí el que pasé en Campillos y todavía lo echo de menos. No me extrañan los ataques de ansiedad. No es para menos.
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