No conocía el término. Lo escuché el otro día en una serie de ficción médicos (de cuyo título no logró acordarme, pero que estaba bastante bien: no, no era ‘House’, es una nueva): Cibercondría. Es decir, la hipocondría, el temor desaforado a padecer cualquier enfermedad, que causa Internet. Es cierto. Yo creo que ya hemos hablado de este tema alguna vez. La Red está llena de páginas que hacen diagnósticos y detallan síntomas, y existe una creciente tendencia -es muy difícil resistirse a ella- a tratar de saber lo que nos pasa consultando esos sitios. ‘Me duele un costado, voy a ver qué puede ser’. Lo normal es que, después de hacer unos cuantos ‘googles’, acabes convencido de que te vas a morir. Eso es la ‘cibercondría’. En la Red hay trillones de respuestas, pero para un problema de salud, psíquica o psicológica, lo mejor es acudir a los profesionales: médicos, psicólogos, psiquiatras… Y pasa con todo. No solo con los asuntos de salud. Nosotros ya hemos dicho muchas veces que en este blog podemos contar historias que pueden servir a alguien o no, pero no damos consejos ni soluciones. Ideas y sugerencias, sí. No vayamos a caer en la ‘menorcondría’: el miedo desaforado a que nuestro hijo sea un delincuente porque algún día llega tarde o saca un suspenso. Lo mejor es hablar con él o hacer algo juntos, y no buscar en Internet: acabarás convencido de que tu chaval es un psicópata o algo así. Cuando, sencillamente, será un chico normal que, de cuando en cuando, hace alguna tontería porque está en la edad. A todos nos pasó.