Ayer, día 9 de agosto, se cumplieron cinco años del estallido de la crisis económica. Fue entonces cuando llegaron las primeras noticias del derrumbe financiero de grandes bancos estadounidenses por culpa de las llamadas hipotecas ‘subprime’ o de alto riesgo. Sonaba lejano, pero el virus estaba ya extendido por toda la economía mundial. Era el principio del fin de algo. ¿De qué?, nos preguntamos. Y esa pregunta nos lleva a otra: ¿Cómo hemos cambiado desde aquel otro 9 de agosto?.
Como es lógico, hablo por mí, Carlos Morán, periodista y padre de familia: creo que, en general, soy una persona más ansiosa que antes y también más asustadiza. Pero también creo que todo esto nos hará un pelín más fuertes: no digo económicamente, si no anímicamente. Dirán ustedes, el que no se consuela es porque no quiere. Y es verdad. Pero luego pienso en un amigo muy querido al que hace unos días le diagnosticaron un posible tumor cerebral y, tras múltiples pruebas y una compleja intervención, los médicos han coincidido en que no tenía cáncer. Se lo dijeron ayer. Ha vuelto a nacer un nueve de agosto. Para él no será nunca más el día en que empezó la crisis, si no el primer día del resto de su vida.¡Qué alegría! Un saludo. Y, como hemos dicho en Facebook, disculpad si, durante unos días, escribimos menos. Nos estamos tomando un breve respiro vacacional.