Cualquier español mínimamente observador habrá comprobado desde hace meses -por no decir años- que el precio de la gasolina en nuestro país tiene una inquietante tendencia al alza. La escalada empieza con una excusa -alguna revuelta en los países productores-, pero ya nunca vuelve a bajar. Al revés, crecen y crecen… sobre todo, cuando llega un puente festivo o las vacaciones. Así que hemos conseguido tener la gasolina más cara de Europa. ¡Olé! Todo el mundo sabe que hay algo raro en la subida de precios de los combustibles. Bueno, todo el mundo, no. El Gobierno acaba de darse cuenta. Es lo que tiene no viajar siempre en coche oficial, que te alejas de la realidad. Como somos nosotros los que llenamos sus depósitos… De momento, van a crear una comisión para ver si se les ocurre algo. Estamos apañados.
El “mundo de 2007” se ha acabado, ya no existe como tal, ni volverá jamás.Es un “mundo” que se está deshaciendo poco a poco ante nuestros ojos, pero sin darnos cuenta.
Estamos en un punto de inflexión histórica. Una bifurcación de enorme trascendencia de la que todavía no somos conscientes. O tan sólo mínimamente.
Las revoluciones y rebeliones generalizadas en todo el mundo árabe, un espacio de importancia estratégica mundial, lo que ha hecho entrar en crisis profunda un orden petrificado durante más de 50 años, generando derivas y consecuencias imprevisibles.
Pero las fuerzas que van a sacar bruscamente las mutaciones a la luz y las van a intensificar aún más se están fraguando rápida e intensamente en la trastienda, pues no se han mostrado todavía tampoco de forma abierta e intensa, salvo para una exigua minoría social que las quiere ver. Y esas fuerzas no son otras que el progresivo agotamiento de los combustibles fósiles o el principio del fin de la era de la energía barata, al menos en un primer momento, pero también los límites ecológicos planetarios al despliegue “sin fin” del actual Capitalismo Global y la Civilización Industrial.
Límites tanto de inputs (agotamiento de recursos) como de outputs (saturación y alteración de los sumideros) planetarios, lo que está implicando una catástrofe ecológica sin precedentes en la Historia de la Humanidad, que se va sumando cada día con más fuerza a los desequilibrios internos en ascenso, económicos y sociopolíticos, que genera el despliegue (y las crisis) de las fuerzas capital a escala mundial.
C. Marco