Estoy casi seguro de que ya he utilizado el título de este post en más de una ocasión, pero es que no se me ocurre uno mejor para explicar un sucedido que acabo de contemplar en la calle. Un padre y su hijo -de unos seis o siete años- salen de un colegio situado en el centro de Granada. El papá dice al chaval que debe esforzarse con las letras, que tiene que hacerlas bien. El chiquillo asegura que ya le salen bien. «¿Pero va cada letra en su cuadrito?», insiste el hombre. Y el zagal, que sí, que sí… «Es que es muy importante… Ahora cuando llegue a casa ya veré qué tal se han salido». Continúan caminando y el padre reitera sus argumentos a cada paso. De pronto, tuercen y entran en un aparcamiento subterráneo por una rampa reservada únicamente a los automóviles. Hay una señal que prohíbe expresamente la entrada a los peataones, pero el padre no hace ni caso… Y ni siquiera le da la mano al niño. Entran y salen coches y se monta un pequeño lío… Las escaleras peatonales y el ascensor están al lado, pero el hombre ha preferido jugársela. Pregunta, ¿de qué le sirve al niño hacer bien las letras si luego su padre tiene un comportamiento incívico y peligroso… para él y para el niño?
Y no solo eso, tengo amigos profesores, muchos de ellos de infantil. Y me cuentan que se tiran una semana explicando a los críos el que tienen que esperar a que el semáforo se ponga verde, a cruzar por los pasos de peatones mirando a ambos lados, etc.
Y luego llega el padre, madre y lo primero que hacen es cruzar la carretera del tirón…
Toda la semana de trabajo a tomar por …
(Y eso que yo pienso que en el colegio no deben de explicar esto, ya que debería venir aprendido de casa… pero bueno).
APRENDIENDO LA LECCIÓN.
No hace mucho iba con mi nieto de la mano y a la hora de cruzar la calle ignoré el semáforo que estaba a unos veinte metros de distancia mas o menos simplemente porque me \"venía\" mejor.El niño me miró (5 años) y dijo algo así como…¡abuela, que el semáforo está para algo!
Sentí tanta verguenza que le pedí perdón, le dí las gracias y volvimos sobre nuestros pasos cruzando por el semáforo. Cuento esto porque aunque no siempre´, ni con todos los niños y familias, las enseñanzas del cole caen en saco roto.
Es lo que siempre suele suceder, intentamos inculcar lo que creemos necesario para ser algo más que los demás. Llegar a tener una carrera universitaria, un buen puesto laboral, un buen dinerito en la cartera, una casa con piscina particular, un coche de alto nivel. Pero se nos olvida que para ser \"más\" hay que enseñar a crecer y para crecer, debemos primero aprender, que debemos respetar la libertad de los demás, y saber vivir dentro de nuestra sociedad, con sus normas y sus leyes.
\"educar\" para que nuestros hijos \"aprendan\" a vivir en sociedad. ¿es tan difícil? pues parece ser que sí. Lo es.
A la vista está.