Abrimos las huchas de los niños. Como es natural, hay un montón de monedas. Las contamos y organizamos para llevarlas al banco e ingresarlas en sus cartillas de ahorros. Llegamos a la sucursal y les enseñamos la mercancía.
-«Uff, es que hay que contarlo».
-«Claro, pero es dinero de curso legal», respondemos nosotros
-«Ya, pero es que ahora, pero es que, pero es que, etc…»
Nos vamos con la calderilla. Solo quieren los billetes.
Una moraleja y una pregunta. Moraleja: Procura que a tus hijos les den la ‘paga’ o los regalos en efectivo en billetes… y a ser posible de 500 euros, para que así los señores de los bancos no tengan que molestarse en contar, que es muy cansino.
La pregunta: Si les hubiéramos dado los 40.000 millones para que sanearan sus cuentas en calderilla, ¿los hubieran rechazado? Seguro que no, ¿verdad?
En las sucursales a las que yo voy, si quieres ingresar calderilla, te dan unos tubos de plástico dependiendo de la cantidad de las monedas que quieras ingresar. De esta manera, se puede contar más rápido y no hay ningún tipo de problema. Cuando los quieras ingresar, les llevas los tubos que tengas, se cuenta en dos segundos y arreglado. ¿Te dieron esa opción?
Efectivamente, el banco no quiere calderilla. Menos aun si tienes el plazo fijo en el banco de enfrente, o en uno de esos sin sucursales, donde te renta mas el dinero. Busca un banco que quiera tu calderilla, luego lleva los billetes, y en agradecimiento el depósito a plazo fijo.