Suma y sigue. La Policía Nacional ha detenido a una niña de 14 años por difundir un vídeo de contenido sexual de una compañera de instituto de 13 años que se había grabado a sí misma a instancias de otro compañero. Según informó la Dirección General de la Policía, la menor arrestada está acusada de los delitos de pornografía infantil y contra la integridad moral. La víctima se grabó en actitud erótica con su propio teléfono móvil debido a la insistencia de un compañero, quien únicamente pretendía burlarse de ella y que de hecho fue el primero en difundir las imágenes, aunque no ha sido detenido al tener menos de 14 años de edad y no ser imputable penalmente.
Y, ahora la pregunta: ¿Qué hacen niños y niñas de 12 ó trece años con móviles con conexión a Internet, o lo que es lo mismo, con una ventana abierta a la que cualquiera puede asomarse? Aunque hay quien lo crea, no son juguetes. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a apagar el móvil cuando reciben un mensaje que traslada un delito. Pero, claro, antes deben saber que su flamante teléfono, como dice el juez, puede ser un instrumento para delinquir. Y parece que nadie se lo ha explicado. Les damos los aparatos y que ellos se arreglen. Empezamos la casa por el tejado. No son ‘bromas’, son delitos.