Buenas, soy Emilio Calatayud. Durante estos últimos días, todos hemos hablado mucho de calificaciones, becas… de educación. Es la época de las notas y a los jueces de Menores también nos toca supervisar lo que han hecho nuestros ‘alumnos’, los chavales a los que ‘condenamos’ a sacarse el graduado -que siempre digo que es la ‘condena’ que más pena me produce imponer: encontrarse con un chico que no sabe leer ni escribir es muy triste-. El caso es que este año estoy razonablemente satisfecho. La gran mayoría ha aprobado y bien. También ocurre con los chicos que tenemos en centros de internamiento. El perfil ha cambiado bastante y ya hay muchos ‘bachilleres’ encerrados por cometer delitos. Ya empieza a haber licenciados en Derecho o en Trabajo Social que antes han pasado por un centro de internamiento. Y anteriormente ya teníamos encerrados chicos que después acabaron siendo soldados profesionales, guardias civiles, policías, bomberos… Se les ofreció una oportunidad y la aprovecharon. Y ahora sirven a la sociedad o persiguen a otros que son como fueron ellos. Para eso sirve la educación.
Siempre me ha gustado la aptitud positiva y alguien que tenga el poder y la fuerza de hacerlo tiene un gran merito, tiene mucho valor, todos nos merecemos una segunda oportunidad, o camino diferente, para apreciar el valor de lo bueno, esos niños que tienen padre biológico, pero no tienen padre educativo les viene bien una ayuda, ha veces un extraño es tu mejor amigo tu » ángel de la guarda» que no te falla nunca,» tu faro en la oscuridad «. sigue trabajando todos te queremos.
Eso fue lo que hizo que nos fijáramos en «XXXXXX», diez años, en un centro abierto, (su familia más que desestructurada es una pesadilla) con todos los aderezos que suelen tener, fumador, pequeño ladrón , hiperactivo…pero nos impactó que no supiera leer, por ello mi hijo, durante su trabajo de monitor en verano, empezó a enseñarle los números e hizo un pacto para enseñarle a escribir; de ahí pasamos a iniciar el camino como familia colaboradora; el domingo nos lo dejaron por primera vez y nos lo llevamos a nuestro campo de deportes, una tarde fantástica; nadie nos dijo que el lunes se lo iban a llevar a un un centro cerrado, no sabemos ni donde está ni podemos comunicarnos con él. Frustración, porque nuestro «XXXXX» es invisible y nosotros impotentes; llevo toda la tarde buscando cómo ayudar, qué hacer y he leído esta entrada….seguiremos luchando. Y las gracias por todo que es mucho.