Una reflexión de don Emilio en el diario ‘La Voz de Galicia’. «Es curioso: los jóvenes no dejan entrar a los padres a su habitación, porque violan su intimidad, pero no dudan en violar la de un amigo enviando fotos por el móvil. Los padres entienden el problema cuando se les condena a ellos civilmente y tienen que pagar».
Pues sí, parece muy contradictorio.
Eso se llama egoísmo…
Es curioso la diferencia de sensaciones que se tienen acerca de la intimidad del individuo. La misma persona que te puede bombardear con mensajes y fotos por el móvil posiblemente tocará a la puerta de tu habitación antes de entrar si ésta está cerrada. Es como si no hubiera intimidad hasta que no se demostrara físicamente.
Sr. Calatayud: ¿Qué puede hacer un padre cuando su hijo se niega a tener abierta la puerta de su cuarto o a mantener el ordenador accesible a los padres? Supongo que lo sensato sería quitarle el ordenador, pero puede entrar en Internet desde otros terminales, ya incluso desde el móvil…