Buenas, soy Emilio Calatayud. Mis amigos y yo hemos llegado a Santiago. Llueve. Ya tenemos el diploma de peregrinos. Ha sido un palizón, esa es la verdad, pero merece la pena. Nosotros, en comparación con otros grupos, hemos llegado bastante enteros, aunque hay quien tiene las pies llenos de ampollas y las ha pasado canutas en la última etapa. Tenemos claro que hacer el Camino de Santiago no es un juego. Hay que tener una cierta preparación. No hace falta ser un atleta, pero si entrenar unas semanas antes. De lo contrario, te puedes romper. Hay bastantes peregrinos a los que les ha ocurrido, pero la mayoría llegan hasta el final aunque sea a rastras o (casi). Esa actitud te impone mucho respeto. También había mucho respeto y recogimiento en la misa que se ha celebrado en la Catedral de Santiago. Estamos dispuestos a repetir.
Por supuesto, dedicamos nuestra caminata a las víctimas de la tragedia del tren de Santiago y a sus familias.