Buenas, soy Emilio Calatayud. He visitado una vez más el centro de internamiento de menores Tierras de Oria, en Almería. Lo hago con frecuencia. Por trabajo y por gusto. Y siempre me sorprendo. Esta vez he estado con un chaval que nunca se separaba de una carpeta y con otro que se movía como un zombi. Este último tiene miedo a todo y a todos. Siempre vive asustado. Está en Tierras de Oria por intento de homicidio, pero no es consciente de lo que hizo. Hablo de chicos que han cometido delitos pero tienen severos problemas mentales: esquizofrenia, paranoia… Hablo de chicos que tienen quince años y, generalmente, por abuso de sustancias se han quedado así. Y es para toda la vida. Hace diez años en Tierras de Oria había un módulo de salud mental: ahora hay cuatro. Esto va a más. En Tierras de Oria están bien: se toman su medicación y están controlados por especialistas. ¿Pero qué será de ellos cuando salgan? Estos chavales suelen ser un peligro para ellos mismos y para los demás. ¿Qué sera de ellos y de sus familias cuando salgan? En Tierras de Oria no pueden estar siempre. Creo que todos tenemos la obligación de reflexionar sobre este problema y tratar de encontrar soluciones.
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