Las grandes empresas de Internet, esas que llegaron enarbolando la bandera de la libertad y que se niegan a que se intervenga en la red porque sería como poner puertas al campo, se han dedicado, presuntamente, a espiar para la CIA. Y, lo que es aún más escandaloso, han cobrado millones de euros por ello. ¿Qué libertad defienden estas compañías? La de ganar mucho, mucho, mucho dinero. Es triste, pero es así (presuntamente, claro). Cuando un juez español, por poner un ejemplo, les pedía cuentas por la difusión de un vídeo en el que aparecía un menor siendo vejado, los gigantes de Internet siempre decían que no pueden controlar lo que sucede en la red, que sería contrario a la libertad y que ellos intervienen cuando se les avisa.
Pues, presuntamente, todo era mentira (más de uno ya lo sospechaba): pueden controlar y, además, cobrar por ello. Lo más lamentable es que seguramente no ocurrirá nada. Poderoso caballero es don dinero, pero a nosotros no se nos ocurre una muestra más obscena de hipocresía que esta.
Por cierto, el escándalo lo ha revelado un periódico, The Guardían, lo que prueba de que el maltrecho oficio de periodismo (por culpas ajenas y propias) sigue siendo más necesario que nunca.
En cuanto a los supuestos responsables: Google parece que no ha dicho nada, Yahoo parece que lo admitido y Facebook parece que lo ha negado… Veremos.