Es un asunto surrealista: cuando llegan las elecciones, a los responsables de todos los partidos se les llena la boca diciendo que votemos en libertad, que eso es la democracia, pero cuando ellos llegan al Congreso pierden la libertad de voto. No se entiende que una persona vote a favor de algo que es contrario a sus ideas, y viceversa, solo porque lo diga su jefe. Es normal que en un partido haya una cierta disciplina y coherencia, pero de ahí a que se pierda la libertad de voto… En las próximas elecciones deberíamos votar a aquellos partidos que se comprometan a respetar las opiniones de sus diputados y senadores. ¡Qué menos, por favor!
Además D. Emilio, que multando a quien falta a la disciplina de partido se están saltando la Constitución y la jurisprudencia del TC a la torera! es vergonzoso!