En el anterior comentario, don Emilio contaba que un chaval al que había condenado a pintar los calabozos de los juzgados de Menores ya había acabado la pena y lo había hecho con pulcritud y maña. Ahora debía escribir una reflexión de cincuenta folios sobre su conducta, etc. Bueno, el caso es que el niño ha querido dar su versión sobre todo esto. Aquí va: «El mejor agradecimiento que creo que puedo enviarle al Juez Calatayud es hacerle saber que su decisión ha hecho que algo cambie en mí para ser mejor. Muchas gracias Sr. Juez . Una cosa, ya llevo cuarenta folios, ja, ja, ja».