Hace unos días, un vecina de Granada dejó en Facebook un emocionante mensaje para don Emilio. La mujer en cuestión es trabajadora social en un barrio de la capital granadina muy castigado por el paro. Su misión, según sus propias palabras, consiste en intentar «apoyar y dar un poco de esperanza a las familias que acuden a mí…no sé si lo consigo …pero ahí estoy para lo qué necesiten». El caso es que esta amiga ha tenido problemas con su hijo… y el chaval acabó en el Juzgado de Menores de don Emilio. Pero mejor que lo cuente ella. «A pesar de mí desgarrador dolor como madre, mi hijo tuvo la gran suerte de ser juzgado por usted por el robo de una bicicleta. Mide casi dos metros…mucho cuerpo para una mente muy inmadura , a pesar de tener ya 17 años. Su sentencia ejemplar!!!: Qué siga en el centro de internamiento hasta qué apruebe el curso y deje de consumir marihuana. En definitiva, que demuestre que es capaz de asumir responsabilidades.
Ojalá lo consiga.
Mil gracias por su apoyo. Ha conseguido transmitirme fuerzas para seguir luchando junto a él y mi familia, para conseguir que el día de mañana aflore todo lo bueno que hay dentro de él.
Gracias de todo corazón y perdone mí atrevimiento.
No cambie nunca!!!».
Don Emilio también se ha emocionado, claro.