Buenas, soy Emilio Calatayud. El Gobierno quiere abrir un debate sobre si no convendría reducir los 10.000 aforados que hay en España (personas que, por su cargo, no tienen que responder ante los tribunales ordinarios, sino ante los superiores). A mi me parece bien el aforamiento en determinados casos y para determinados asuntos, pero para que haya 10.000 aforados, mejor que no haya ninguno y se acabó el problema.
Por otro lado, lo del aforamiento da la sensación de que existe una especie desconfianza hacia los jueces ordinarios. Parece que se quiere ir a los tribunales superiores o al Supremo porque ahí ya entra el componente político a la hora de designar a los magistrados. No sé… Y que conste que, dada mi condición de juez, yo estoy aforado. Afortunadamente, y gracias a Dios, nunca he tenido que hacer uso del aforamiento.
Pues sí, esta vez no voy a poner ni un pero; bueno, en todo caso podríamos tener un aforado con limitaciones, el presidente del gobierno.
Saludos
Nunca he entendido la figura del aforado. ¿Exactamente por qué es imprescindible que determinadas personas (como a usted) sólo puedan ser juzgadas por el tribunal supremo?
Lo digo porque no consigo ver la razón para que haya tanto aprovechado por aquí.