Buenas, soy Emilio Calatayud. No soy perfecto ni creo que haya nadie que lo sea. En mis charlas suelo hacer la siguiente petición: ‘Que levante la mano el que nunca ha conducido con una copa de más, se ha saltado los límites de velocidad, ha pagado algo en negro o se ha llevado algo del Corte Inglés o lo que sea’. Y lo normal es que nadie levante la mano. Es lógico. Todos cometemos errores, pero eso no nos convierte en delincuentes. La mayoría de los chavales que pasan por mi juzgado han cometido delitos, pero no son delincuentes. Y a la mayoría de adultos que conozco les pasa lo mismo. Solo tenemos que mirar dentro de nosotros mismos y encontraremos que alguna vez hemos cometido un delito -tampoco es difícil, porque hoy en día casi todo es delito, que eso también es un error-. Pero esto que digo no debe servir para diluir la responsabilidad: como todos cometemos errores, pues todo perdonado…, la corrupción y hasta los asesinatos. Pues no. En esto como en todo, hay grados. Y así lo entiende la ley. No es lo mismo un robagallinas que un delincuente de cuello blanco que ha robado millones y se los has llevado a Suiza. Y no lo digo yo, repito: lo dice la ley y hasta el presidente del Consejo General del Poder Judicial. O sea, que los corruptos no se me escondan detrás de la excusa de que el conjunto de la sociedad también ha metido la pata alguna vez. Un saludo.