Buenas, soy Emilio Calatayud. Soy padre, y si cuando mi hija estaba a punto de llegar a la adolescencia me hubiesen preguntado que a qué edad me parecería bien que mantuviera relaciones sexuales consentidas, yo habría respondido que a los 25 ó los treinta. Y eso como poco. Pero es que, además de padre, también soy juez, y juez de Menores, y sé que la realidad es la que es y no la que nos gustaría que fuese. Viene esto a cuenta de que las Cortes andan aún liadas con el tema de fijar una edad mínima para que nuestros hijos pueden consentir las relaciones sexuales, que ahora mismo están en trece años y parece que todos opinamos que es poco. Pues bien, el PP cree que debe elevarse hasta los 16, pero todavía no se cierra a otras posibilidades, por lo que los analistas creen que finalmente se quedará en 15. Para mí, y no es la primera vez que lo digo, es un error. Yo la pondría en catorce años, que es la edad mínima para que puedan casarse. De lo contrario, vamos a liar más a nuestros hijos: ¿Me puedo casar a los 14 pero no puedo acostarme con mi mujer hasta los 15 o 16?, se preguntarán.  Y, además, tendremos lío en los juzgados de Menores: se nos van a multiplicar las denuncias por abusos o agresiones sexuales. Al tiempo. Los adolescentes son cambiantes y las parejas duran lo que duran, por lo que existe el riesgo cierto de que una discusión por una ruptura acabe trasformándose en una acusación de abusos, ya que las niñas de catorce o quince años no podrán consentir tener sexo, cuando lo cierto es que a esas edades ya tienen relaciones. A ver qué pasa al final.