Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo admito, tengo ‘guasap’, pero básicamente lo utilizo para comprobar que mis hijos o mis hermanos están vivos. Por las mañanas, lanzo un mensajito «¿Qué tal hijo (o hija)? ¿Estás vivo (o viva)?». Y ellos responden: «Si, estoy vivo (o viva)». Y me quedo más tranquilo. Pero si además de decirme que están vivos, añaden que tienen un problema, entonces paso del ‘guasap’, descuelgo el teléfono y hablo con ellos. En realidad, y aunque están lejos y ya viven su vida, procuro hablar con ellos todos los días. Y cuando digo hablar, digo hablar. No ‘guasapear’. Conozco personas que estaban tan atrapadas por el ‘guasap’ que se les estaba olvidando hablar. Y no les ocurre solo a los niños o los adolescentes. Si estás enganchado, resérvate al menos un día a la semana para hablar con tu familia. Pero para hablar de verdad. Un saludo.