Buenas, soy Emilio Calatayud. Según una encuesta de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, el 55% de nuestros hijos tienen más cualificación que la que necesitan para su trabajo, el 50% está en el paro y ocho de cada diez -da igual que tengan trabajo o no- viven en casa de los padres. Me lo creo. Nosotros somos siete hermanos y cinco tenemos hijos titulados universitarios que siguen viviendo de la ‘caridad’ de los padres. O están en paro o, si tienen trabajo, los sueldos son tan precarios que no pueden emanciparse. Así que se quedan en casa. Son la generación perdida y, ya sé que es un tópico, van a vivir peor que sus padres, algo que no había ocurrido hasta ahora. Nuestros hijos son pobres.