Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Es una escena que no por mil veces vista, deja de sorprender… e inquietar. Estamos en el reluciente pasillo de un centro comercial de Granada. Un hombre de unos cuarenta años ‘pastorea’, sin demasiado éxito, a dos niños pequeños. Son sus hijos y deben de tener cuatro o cinco años. No más. En un momento dado, los pequeños empiezan a arrearse bofetadas y el padre, desesperado e impotente, mira a un guarda jurado que anda por allí y suelta la siguiente perla cultivada: «Nene, no le pegues a tu hermano o este policía te castigará». El vigilante se pone de perfil -con razón- y los chavalines siguen pegándose. Como dice don Emilio: «Si no eres capaz de imponer tu autoridad a tu hijo cuando tiene cinco años, cuando tenga quince, te sacudirá».
Y entonces volverás a querer que se lo lleve la policía… esposado, claro.