Buenas, soy Emilio Calatayud. A lo largo del día de hoy me han preguntado un montón de veces por el suceso ocurrido en un instituto de Barcelona y, a veces, con las prisas de los medios de comunicación, uno se olvida de lo principal: queremos dar nuestro pésame a la familia del profesor muerto y expresar nuestra solidaridad con todos sus compañeros profesores, que hacen una trabajo fundamental para que una sociedad funcione como Dios manda. También queremos expresar nuestro cariño a los alumnos del instituto afectado y también nos acordamos de los padres del chaval agresor, que estarán pasando también unas horas muy amargas.
Por lo demás, aquí os dejo una reflexión, que no es nueva -está escrita desde hace más de un año- sobre el duro problema de la salud mental en los menores y su relación con la delincuencia: «Hace diez años, en Tierras de Oria -el mayor centro de internamiento para menores infractores de España- había un módulo de salud mental: ahora existen cuatro. En el correccional, los chavales con problemas mentales graves están bien: se toman la medicación y están controlados por especialistas. Pero ¿qué será de ellos cuando cumplan sus condenas? Estos chicos suelen ser un peligro para sí mismos y para los demás. ¿Qué será de ellos y de sus familias cuando salgan?».