Buenas, soy Emilio Calatayud. En una de las películas de Torrente, el desastroso policía perdía su carné de identidad en una ‘operación secreta’ y ponía a todos los malos tras su pista. Pues con las redes sociales pasa algo parecido. Todo el mundo parece empeñado en dejar pistas y pruebas de cargo de sus delitos en ellas. Lo hacen los menores, que no dudan en usar el ‘guasap’ -es lo que está más de moda ahora- para amenazar o insultar a otros menores, o a sus propios padres. Lo que antes se decía de viva voz y sin más testigo que la víctima ahora está a la vista de todos, incluidos, claro, los miembros de las fuerzas de seguridad. Esto pasa a diario. Y también entre los adultos.
Van acabar haciendo listo a Torrente.