Buenas, soy Emilio Calatayud. ¿Cómo era nuestra vida antes de que existieran los teléfonos móviles, porque aunque a nuestros hijos les parezca raro hubo un tiempo en que no había móviles? Lo que pasa es que ya ni nos acordamos. Y eso que no fue hace tanto. Hay ciudades en las que todavía quedan cabinas de teléfonos: dos o tres, no más. Lo que ya no hay son colas ante las cabinas. Pero antes las había. En teoría, los móviles iban a servir para traernos la tranquilidad: íbamos a saber dónde estaban nuestros hijos en todo momento. Pero eso no nos ha dado tranquilidad, porque en el 90% de los casos no responden a las llamadas. Siempre se quedan sin batería. En realidad, tenemos que estar más intranquilos, porque, además de seguir sin saber dónde están (como pasaba antes de los móviles), ahora también tenemos que preocuparnos por lo que estarán haciendo con esos móviles que nunca cogen.