Buenas, soy Emilio de Calatayud. Estoy recién llegado de Purchena, Almería, donde he tenido el placer de dirigir unas jornadas sobre adicciones y menores que han resultado muy provechosas. Yo he aprendido un montón. También los alumnos, la mayoría de los cuales eran funcionarios del sistema de justicia de Menores de Andalucía. Para los que no lo sepáis, en Purchena hay un centro de inserción de menores infractores -que lleva la entidad sin ánimo de lucro GInso, que ha colaborado en la organización del curso- que es absolutamente modélico. Todo el mundo que lo ha conocido se ha quedado asombrado de su funcionamiento y sus logros. El propio profesor José Antonio Marina, que clausuró las jornadas, se quedó totalmente impresionado. Y no es para menos. La labor que desarrolla el centro de internamiento de Menores de Purchena, en el que hay chavales que han cometido delitos bastante graves pero que ya han alcanzado los objetivos socioeducativos que les impuso la justicia, es encomiable. Siguen cumpliendo su medida pero ya pueden salir a estudiar o trabajar a la calle. Cuando llegó la crisis, la industria del mármol, característica de la zona, se resintió y muchos chicos del centro que trabajaban en ella se quedaron en el paro. La dirección tuvo entonces la idea de recuperar para la agricultura las tierras de cultivo que habían sido abandonadas por sus propietarios debido a la emigración, etc-. Y el experimento, poco a poco, ha ido funcionando. Se está consiguiendo un doble objetivo: que los chicos, además de cumplir sus condenas, se formen y también devolver a la vida terrenos que no producían nada. Todo esto se hace con el dinero de nuestros impuestos. Lo que pasa es que la justicia de Menores es la gran desconocida. Hay cientos de personas implicadas, pueblos enteros en el caso de Almería, en recuperar para la sociedad a los chavales que quebrantan la ley. La pena es que nada de esto importa cuando ocurre una desgracia y un menor comete un hecho muy grave. Se cuestiona todo lo que estamos haciendo sin ser conscientes de que lo estamos haciendo entre todos. Pero, afortunadamente, todo esto está empezando a cambiar.