Buenas, soy Emilio Calatayud. En el anterior comentario hablaba de que el verano, al haber más tiempo libre y más contacto familiar, puede tensar las relaciones entre padres e hijos. Pero el verano también puede servir para que redescubras a tus hijos, para darte cuenta de que están creciendo, o ya han crecido, y se han convertido en unos medio-adultos bastante aceptables. Te das cuenta de que ya tienen ideas propias, sentido del humor y que de algunas, o bastantes, cosas saben mucho más que vosotros. Podéis tener con ellos conversaciones largas y enriquecedoras, algo que el resto del año, con las prisas y todo lo demás no es posible.
En resumen, que podemos aprovechar el verano para estrechar las relaciones con nuestros hijos y darnos cuenta de que, a fin de cuentas, no nos hemos equivocado tanto como creíamos al educarlos.