Buenas, soy Emilio Calatayud. En Granada hay una polémica por unos vídeos que han aparecido en Internet en los que niñas y niños de quince años buscan el amor. El amor verdadero, dice alguno. La verdad es que no buscan el amor: buscan fama de la mala. Esa es la triste verdad que aprenden nuestros menores viendo los programas que ponen por la ‘tele’. Un día sí y otro también, ven cómo ‘ni-nis’ se convierten en estrellas de la tele que llevan hasta guardaespaldas. Lo que no saben, o no se les cuenta, es que esas estrellas se apagan pronto. El mensaje que les llega es el siguiente: «Niño, no estudies y vete a buscar el amor a la ‘tele -o al Internet- y llegarás lejos». No hay que hacer nada: sólo vender tu imagen.
Pero es que la imagen no debería tener precio. Y menos si es la de un menor. De hecho, la ley dice que un menor, por el mero hecho de serlo, merece protección especial del Estado. Y da lo mismo que los padres den su consentimiento para que participen en estos espectáculos. Aunque exista permiso paterno, el Estado puede actuar para proteger la imagen y la fama de los menores. Y está bien que así sea porque hay padres que no dan la talla.